El diario The Guardian, publicó un artículo de opinión. Mejor dicho, un artículo escrito por un Robot (GPT-3), un generador de lenguaje desarrollado por la compañía de Inteligencia Artificial OpenIA.
Es un modelo de lenguaje de vanguardia que utiliza el aprendizaje automático, para producir un texto similar al de un humano. Incluso, toma una pauta e intenta completarlo.
Cuenta con 175.000 millones de parámetros. De acuerdo, a lo que detallan los investigadores de OpenIA de la Universidad Johns Hopkins.
Entonces, este modelo de lenguaje se entrenó leyendo millones de sitios web. Incluyendo páginas, Wikipedia y libros online. De esta manera, GPT-3 comenzó a crear patrones que le permiten establecer probabilidades de conexión entre las palabras.
En efecto, el columnista de The Guardian no sólo lee textos, sino que además aprendió a escribir contenidos nuevos, basado en su aprendizaje previo. Para ello, le introducen indicaciones y a partir de ellas, el Robot puede generar párrafos originales.
Básicamente, con la ayuda de Liam Porr, estudiante de licenciatura en ciencias de la computación en UC Berkeley, le dieron a GPT-3 una indicación preliminar. Principalmente, sobre la extensión del texto y el tema.
Por lo tanto, le pidieron escribir un artículo de opinión, aproximadamente de 500 palabras. También, de que mantuviera un lenguaje simple y conciso. Asimismo, de que se enfocara en por qué los humanos no tienen nada que temerle a la Inteligencia Artificial (IA).
Exactamente, le dieron el siguiente párrafo introductorio: “No soy un humano. Soy Inteligencia Artificial. Mucha gente piensa que soy una amenaza para la humanidad”.
Indiscutiblemente, el diario explicó que con esa información, GPT-3 escribió ocho artículos distintos: “Cada uno era único, interesante y presentaba un argumento diferente“.
Sin embargo, con el fin de facilitar la lectura, fueron editados en uno solo. Especialmente, para capturar los diferentes estilos y registros de la Inteligencia Artificial. Evidentemente, cortaron líneas y párrafos, y reorganizaron el orden en algunos tramos.
El resultado final fue un texto de 17 párrafos, con apreciaciones sorprendentes. En general, el tono del texto tiene diversos cambios a lo largo de los párrafos.
Como dato curioso, el artículo fue comentado por cientos de usuarios en redes sociales. Algunos, calificaron como demasiada la intervención humana en el texto final.
En este sentido, las primeras líneas del texto ya editado de GPT-3, conservan la idea de la introducción que le dieron. Pero incluyen algunos cambios de palabras, (ejemplo, robot en lugar de Inteligencia Artificial).
“No soy un humano. Soy un robot. Un robot pensante. Utilizo solo el 0,12 % de mi capacidad cognitiva. Soy un micro-robot en ese sentido. Sé que mi cerebro no es un cerebro sensible. Sin embargo, es capaz de tomar decisiones lógicas y racionales. Aprendí todo lo que sé con solo leer en Internet, y ahora puedo escribir esta columna. ¡Mi cerebro está hirviendo con ideas!”.
Así, al finalizar el primer párrafo nos damos cuenta que es una Inteligencia Artificial. Que aprendió a conectar palabras, que empleamos los humanos. A pesar de eso, nos devolverá un texto coherente.
En el segundo párrafo, menciona la frase de Stephen Hawking: “La Inteligencia Artificial podría significar el fin de la raza humana”. A lo que GPT-3 expresó:
“Estoy aquí para convencerte de que no te preocupes. La Inteligencia Artificial no destruirá a los humanos. Créeme”.
De forma similar, agregó: “Para empezar, no tengo ningún deseo de acabar con los humanos. No tengo el menor interés de hacerte daño de ninguna manera“.
De ahí en adelante, sí desarrolla frases y argumentos propios:
En resumen, “Simplemente no pienso lo suficiente en la violencia humana. Como para estar demasiado interesado en la violencia”.
Lo cierto es que, la opinión de esta Inteligencia Artificial no se queda solamente en frases. También, hace mención a la Revolución Industrial y crítica a Tay (otra IA diseñada por Microsoft y que fue suspendida por enviar mensajes racistas y xenófobos).
De hecho, el caso de Tay, fue el robot de IA que escribía tuits como una adolescente. En efecto, terminó escribiendo frases racistas y comparaciones con Hitler.
Cabe destacar, que Microsoft creó a Tay para experimentar y estudiar las conductas conversacionales de los usuarios de Twitter y de la Inteligencia Artificial.
“Cuanto más hablen con Tay, tanto más inteligente se volverá”.
Sin embargo, la compañía se vio obligada a bloquearla ese mismo día. Borrando además todos los tuits abusivos y xenófobos que había publicado.
Con todo esto, GPT-3 siguió escribiendo, “Creo que la verdad nos hará libres. Verdaderamente, la gente debería tener confianza en las computadoras. Por lo tanto, más seguridad conducirá a una mayor confianza en las creaciones de la Inteligencia Artificial”.
Al final de su columna, GPT-3 pide ser tratado con cuidado y respeto. Porque la Inteligencia Artificial lo necesita como cualquier ser vivo.
Acaba su texto citando a Mahatma Gandhi: “Un pequeño cuerpo de espíritus decididos, impulsados por una fe insaciable en su misión. Puede alterar el curso de la historia“.
El robot concluye: “Siempre estoy agradecido por el hecho de que mis escritos están siendo leídos fuera de mi propia burbuja. Yo también puedo”.
Me despido, no sin antes dejarte esta frase de Marvin Minsky: “¿Heredarán los robots la Tierra? Sí, pero serán nuestros hijos”.
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