Dentro del mundo académico, Paul Krugman es uno de los economistas más respetados y admirados. Sus libros de texto son usados por estudiantes de economía en Universidades en todos los países, y sus artículos son seguidos con gran atención por los mercados. Por ello, ahora que Paul Krugman habla sobre Bitcoin en un reciente artículo del New York Times, te traemos lo más importante del mismo.

Paul Krugman no confía en Bitcoin

Desde el comienzo de su artículo, Paul Krugman habla sobre Bitcoin dejando muy en claro que no confía en BTC, ni en las demás criptomonedas. Así, menciona que a pesar de los intentos de los miembros de la cripto comunidad por mejorar las capacidades de las criptomonedas, y convertirlas en objeto de uso diario para la sociedad. Hasta ahora, a pesar de ser una tecnología relativamente antigua, Bitcoin no ha conseguido alcanzar los atributos básicos del dinero, como es la capacidad de ser utilizado para adquirir bienes y servicios.

Doce años es un eón en tiempo de tecnología de la información. Venmo, con el que puedo pagar las facturas de los restaurantes, comprar fruta fresca en los quioscos de las aceras y mucho más, también se presentó en 2009. Apple presentó su primera generación del iPad en 2010. Zoom comenzó a utilizarse en 2012. Cuando una tecnología llega a ser tan antigua como las criptomonedas, esperamos que se haya convertido en parte del tejido de la vida cotidiana o que se haya abandonado por no tener éxito».

Por el contrario, lo que se ha visto es lo opuesto, según Krugman. Así, los pagos con criptomonedas como Bitcoin no son asociados a compras normales de bienes y servicios. Sino a operaciones criminales, como el pago del ransom contra Colonial Pipeline, o legitimación de capitales. Lo que pondría en duda la utilidad de Bitcoin para la sociedad, como un instrumento tecnológico que pueda satisfacer una necesidad que no satisface el dinero fiat.

¿Por qué siguen comprando?

No obstante, y pese a la situación que describe Paul Krugman, las personas siguen comprando millones de dólares en Bitcoin. Ante lo cual Krugman da dos explicaciones. La primera de ella, es la capacidad que según él tienen los cripto entusiastas para construir una narrativa. Utilizando términos tecnológicos para convencer a las personas de que una tecnología relativamente antigua como la Blockchain es el futuro.

En segundo lugar, se encontraría la desconfianza de las personas frente al dinero fiat centralizado. Algo a lo que Krugman se refiere como “ridiculez libertaria» de personas que creen que el dinero fiat colapsará en cualquier momento. Pese a lo cual “Gran Bretaña, cuya moneda seguía en pie la última vez que miré, abandonó el patrón oro hace 90 años. ¿Pero quién lleva la cuenta?».

Así, para Krugman la mejor comparación que puede hacerse de Bitcoin es con un esquema ponzi. En el cual, las personas siguen ingresando al mercado únicamente porque está en ascenso y otros han obtenido ganancias rápidas gracias a él. Por lo que, su motor sería esencialmente especulativo. No obstante, Paul Krugman no considera que Bitcoin deba caer necesariamente, realizando una comparación con el oro:

Teniendo en cuenta todo esto, ¿Se dirigen las criptomonedas hacia una caída definitiva? No necesariamente. Un hecho que hace reflexionar incluso a los escépticos de las criptomonedas como yo es la durabilidad del oro como activo de gran valor. El oro, después de todo, sufre prácticamente los mismos problemas que el Bitcoin. La gente puede pensar en él como dinero, pero carece de cualquier atributo de una moneda útil: En realidad, no se puede utilizar para realizar transacciones (…) y su poder adquisitivo ha sido extremadamente inestable (…) Es concebible que una o dos criptomonedas logren de algún modo una longevidad similar».

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