Durante la reunión del G20, realizada el pasado 9 de junio en Fukuoka – Japón, los líderes financieros, ministros y gobernadores de los bancos de distintos países participantes en el evento, instaron a la Junta de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés) y a las organizaciones de establecimiento de estándares globales, a que monitoreen los riesgos asociados con las criptomonedas.
Los participantes de este evento firmaron un documento en el que piden a las instituciones pertinentes a que consideren mejor la postura que mantienen actualmente respecto a las criptomonedas.
“Pedimos al FSB y a los organismos de establecimiento de normas que supervisen los riesgos y consideren el trabajo en respuestas multilaterales adicionales según sea necesario”.
“Las innovaciones tecnológicas, incluidos los activos criptográficos subyacentes, pueden brindar importantes beneficios al sistema financiero y a la economía en general”, explicaron los miembros del G20 en el comunicado, reconociendo por segundo año consecutivo la importancia del avance tecnológico y sus innovaciones.
“Si bien los activos de cifrado no representan una amenaza para la estabilidad financiera mundial en este momento, nos mantenemos atentos a los riesgos, incluidos los relacionados con la protección de los consumidores e inversores, el lavado de dinero (AML) y la lucha contra la financiación del terrorismo (CFT)”.
Todo indica que las partes involucradas que esperan el interés en la adopción de la Nota Interpretativa del Grupo de Acción Financiera (GAFI, por sus siglas en inglés ) y la orientación sobre los activos de cifrado “en su sesión plenaria (del GAFI) a fines de este mes”.
El documento también aclara que los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales acogieron de buena manera el trabajo sobre las monedas digitales, realizado por los organismos reguladores internacionales, la Organización Internacional de Comisiones de Valores y el FSB.
Aunque los miembros de la comunidad criptográfica estaban esperando normas claras para crear un marco legal satisfactorio y así poder establecer regulaciones comunes que protejan los distintos sistemas financieros sin entorpecer el desarrollo de la industria, el G20 se limitó a dejar esta tarea, hasta ahora, en manos de los reguladores financieros.
