Algunos llegarían a decir que hay una lucha silenciosa en la industria del blockchain, entre los codificadores que desarrollan protocolos de fuente abierta y aquellos que venden principalmente productos o servicios relacionados para fines comerciales desde sus oficinas de Silicon Valley.

Esto se hizo evidente cuando el desarrollador de Bitcoin Core, Luke Dashjr, emitió una contrariada respuesta a un tweet de Dan Romero, vicepresidente y gerente general de Coinbase. Romero dijo:

“Si usted o su amigo ingeniero está aburrido en alguna BigTech (gran compañía de tecnología), póngase en contacto”.

Aunque, como debe resultar obvio, los desarrolladores de código abierto no dudarían en aceptar el patrocinio de empresas privadas, muchos de ellos perciben a las grandes startups de la industria, como Coinbase, que sobrepasó los mil millones de dólares en ingresos el año pasado, como un buen ejemplo de las “grandes compañías de tecnología” que Romero posicionó como adversarios en su tweet.

Como señala Dashjr en su respuesta, las vacantes ofrecidas por Coinbase no se enfocarían sólo en Bitcoin o Ethereum, ni le daría autonomía a los desarrolladores para enfocarse en proyectos que considerasen beneficiosos, sino que el trabajo sería dirigido completamente por los ejecutivos de la compañía.

Por otro lado, el colaborador de Bitcoin Core, Jeremy Rubin, piensa que la cultura de Silicon Valley, en general, sigue en desacuerdo con la filosofía de código abierto, ya que en SV no conceden el debido crédito ni respaldo al ecosistema en general.

¿No es suficiente?

Jori Lallo, ingeniero de software de Coinbase, detalló parte del esfuerzo realizado por la startup para llegar a la comunidad de desarrolladores de código abierto, a fin de cambiar esa percepción.

A mediados de marzo la compañía presentó el “Equipo de Protocolo de Coinbase”, cuya misión es contribuir a proyectos dirigidos por la comunidad, por ejemplo: canales de pago, blockchains de prueba de participación (PoS) y clientes ligeros, por mencionar algunos. El equipo incluye al ampliamente respetado programador de Bitcoin Jim Posen.

Casi simultáneamente, anunciaron su “Fondo de Código Abierto”, que dona aproximadamente US$ 25.000 al mes a proyectos públicos de blockchain.

Aunque algunos, como Dashjr, reconocen que los esfuerzos de Coinbase no son “malos”, otros argumentan que tales programas, después de años de inacción, no son suficientes.

Según Rubin, las compañías lucrativas de blockchain podrían donar fácilmente unos pocos millones de dólares en subsidios y patrocinios para desarrolladores de código abierto, pero la realidad es otra. “No sólo no hacen eso, sino que tampoco poyan a muchas conferencias que son críticas para el espacio, como la Expo Bitcoin del MIT este año, a pesar de que enviaron un montón de los reclutadores”, señaló.

Talentos para tecnología Blockchain

Repensando la cultura

Según Christopher Allen, el antiguo arquitecto principal de Blockstream, el asunto se trata más de adaptarse a la cultura del código abierto.

Blockstream, que financia el trabajo de varios desarrolladores que sólo trabajan con el protocolo Bitcoin, va un paso más allá al ofrecer a los empleados derechos de patente individuales para las tecnologías a las que contribuyen, además de un 20 por ciento de vacaciones pagadas para trabajar en proyectos paralelos.

Joe Lubin, fundador de ConsenSys, se hizo eco de la importancia de este cambio cultural hacia la independencia. Esta compañía se esfuerza por retener a los mejores talentos permitiéndoles a los empleados elegir sus propios proyectos y trabajar cuando y dónde quieran.

Difícil de retener

Aún así, muchas compañías líderes de blockchain luchan por retener el talento.

Por ejemplo, la empresa de seguridad BitGo perdió en diciembre a Alex Bosworth, un reconocido desarrollador que ahora trabaja en implementaciones de Lightning Network.

Bosworth tiene una opinión controvertida respecto a las grandes compañías tecnológicas, incluyendo las criptos:

“Estas compañías están construyendo imperios basados ​​en encerrar a los usuarios en jardines amurallados, sin pensar, generalmente, en qué es lo mejor para satisfacer las necesidades de los mismos”, dijo. “Eso es algo muy inspirador, y satisfactorio, que sí aborda el software de código abierto”.

Existen varias iniciativas en la comunidad que financian el trabajo de los desarrolladores, sin ataduras de ningún tipo. Una de ellas es Chaincode Labs, que patrocina a un grupo de desarrolladores de Bitcoin Core gracias al dinero que los fundadores, Alex Morcos y Suhas Daftuar, obtenido de una empresa previa en Wall Street.

La naturaleza colaborativa y autónoma de los emprendimientos de código abierto es el principal atractivo para que los desarrolladores participen en ellos.

Al hablar sobre la necesidad de que la industria se adapte a la cultura de código abierto, Lubin dijo:

“Nadie trabaja en proyectos que no les importan demasiado. La libertad de un emprendedor para desarrollar sus propios proyectos y su estilo operativo no necesita cambiar”.

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