En el mundo de las finanzas existe un concepto conocido como “Flash Crash”. Este término se refiere a esas caídas rápidas, en ocasiones seguidas por una recuperación, que ocurren en la cotización de un valor en particular en los mercados financieros globales.

En el mundo financiero, una diferencia tan pequeña como de un centavo representa millones de dólares en ganancias o pérdidas inmediatas, por ello estás caídas en el valor de monedas o índices tienen consecuencias en los mercados globales, no existiendo hasta ahora una explicación convincente dentro de la ciencia económica acerca de qué impulsa estos cambios de cotización tan bruscos, aceptándose en general que cada uno tiene su causa particular.

El ejemplo más claro de Flash Crash en tiempos recientes es el que se dio el 6 de mayo de 2010, cuando el índice Dow Jones cayó 1.000 puntos o 9%, recuperándose tan solo 15 minutos después, generando perdidas multimillonarios en este corto lapso de tiempo.

No existe en la actualidad un consenso sobre la causa que ocasionó este desplome, considerándose la posibilidad de que fuese la acción de un solo trader de Citigroup, quien se habría confundido al presionar la tecla “B” de billones en lugar de “M” de millones al operar con acciones de Procter & Gamble, la que llevó al Flash Crash.

Otro Flash Crash habría tenido lugar en abril de 2013, cuando la cuenta de la agencia de noticias AP fue hackeada, publicándose en la misma la noticia de un atentado contra la Casa Blanca, llevando a una caída de 130 puntos del índice Dow Jones en tan solo segundos.

Las criptomonedas no son ajenas a este tipo de turbulencias en el mercado, tan solo el día 26 de junio de este año, en medio del último rally alcista del Bitcoin, ocurrió una caída en la cotización del BTC de casi 2.000 dólares en menos de 15 minutos, pasando de 13.674 dólares a 11.908 dólares tal como lo podemos observar en el siguiente gráfico:

Aunque las causas de este desplome no están claras, la misma coincidió con una caída en la plataforma de CoinBase que impidió a muchos inversores realizar operaciones para salvar el valor de su cartera.

Y el día de ayer, pudimos haber sido testigos del último Flash Crash de la criptomoneda, cuando el valor del Bitcoin se hundió perdiendo el piso de los 10.000 dólares, pasando en 30 minutos de una cotización de 10.578 dólares por BTC a 10.190, tendencia a la baja que continuaría hasta tocar 9.927 dólares, cifra desde la que ha empezado a recuperarse.

Este tipo de situaciones impredecibles, forman parte de los escenarios que un trader experimentado debe tener en cuenta, sobre todo en un mercado tan nuevo, y por esa misma razón tan vulnerable a estímulos externos, como el de las criptomonedas. Aunque, si algo queda claro de la experiencia de los Flash Crash pasados es que, al final del día, sus efectos no son permanentes.

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