En 2008 el mundo entró en shock. Luego de un inusitadamente largo período de crecimiento económico a nivel global, los mercados financieros de los Estados Unidos colapsaron, llevándose consigo al sistema financiero global, y generando la mayor crisis económica desde el Crack del 1929.¿Cómo pudo ocurrir esto? El origen del colapso tuvo tres causas principales que te explicamos a continuación.

La primera de estas causas fue el crecimiento constante de las economías emergentes y de países exportadores de materias primas, lo que les permitió a estos Estados acumular un gran superávit comercial a lo largo de varios años (exportaban más de lo que importaban), ubicando este dinero en banco de los países desarrollados, los que por tanto contaron con una entrada de liquidez que les permitió ampliar exponencialmente su cartera de inversiones.

La segunda causa fue la extrema desregulación financiera en los Estados Unidos, producto de la crisis generada por el estallido de la burbuja “.com” en la década de los 90 y los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001. Ambos eventos ralentizaron la economía estadounidense, llevando a un recorte en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal, lo que impulsó el crédito, además de la derogación de regulaciones con el objetivo de incentivar las inversiones que generasen crecimiento económico.

Finalmente, tenemos la creencia equivocada, presente en la mayoría de los actores del mercado, en que los bienes inmobiliarios no perdían valor con el paso del tiempo, sino que su precio siempre crecía. Esto llevó a los bancos a prestar enormes sumas de dinero sobre hipotecas a personas sin capacidad de pago, vendiendo posteriormente estos préstamos, bajo la apariencia de instrumentos de inversión seguros (AAA) a inversionistas en Estados Unidos y Europa.

Cuando estas personas, sin capacidad de devolver las sumas adeudadas, entraron en impago a partir de la caída en los precios de los bienes raíces, hubo una caída de los valores financieros, descapitalizando a los bancos y creando una crisis de liquidez que llevo a la economía global a una crisis, pues ya no existía crédito para inversiones productivas ni para sustentar el, hasta el momento creciente, comercio internacional.

El fundamento de esta crisis fue la irresponsabilidad financiera de los bancos, quienes vendían a ahorristas e inversionistas la idea de que instrumentos financieros sin valor, eran en realidad el negocio del siglo. Cuando la burbuja explotó, los ahorristas e inversionistas quebraron, las empresas cerraron, pero los bancos que generaron la crisis fueron rescatados por sus gobiernos.

Este fue el acontecimiento que impulsó a Satoshi Nakamoto a crear la criptomoneda que hoy conocemos como Bitcoin. Y es que, si tan solo hubiese existido mayor transparencia en los manejos realizados por las grandes empresas financieras, la crisis podría haberse evitado, al haber tenido todos los actores del mercado información completa para tomar sus decisiones sin las manipulaciones a que recurrieron los grandes bancos.

Así, el centro de un proyecto como el Bitcoin, se encuentra en la transparencia y descentralización. En el Bitcoin no hay una gran empresa con cuya caída se derrumbe todo el sistema, no existen posibilidades de ocultar o manipular la información sobre las transacciones realizadas, y sin duda no existe un Estado que rescate a aquellos que tomaron decisiones irresponsables.

El Bitcoin tiene como base y fundamento el control por parte de la comunidad sobre su funcionamiento. Si las cosas marchan bien, será por la acción mancomunada de sus usuarios, y no hay manipulación de ningún tipo que valga para afectar al BTC. Y es por eso que esta criptomoneda, es un instrumento necesario si queremos que grandes crisis como la del 2008 no se repitan.

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