A pesar de que llegan a ocupar muy buenos trabajos, son pocos los que de verdad consiguen dinero y cambian el mundo. Mire por qué.

Es posible que mucha gente crea firmemente que quieres sacan mejores notas tienen mayores probabilidades de ser personas exitosas en el futuro, con mejores puestos de trabajo y una vida más holgada pero lo cierto es que las calificaciones, no es un buen predictor de éxito laboral, ni tampoco de felicidad en el futuro.

Si usted no es quien ganó las menciones honoríficas, ocupó constantemente el puesto número uno y hasta obtuvo becas por su rendimiento académico, seguro que por lo menos se acuerda de aquel compañero al que le decían “nerd”.

Si usted se pone a hacer un panorama de cómo le ha ido a sus compañeros después de obtener el título de grado del colegio o la universidad, se encontrará en muchas ocasiones con que el chico o la chica que fue buen estudiante probablemente no ha logrado muchas cosas en su vida o por lo menos no obtuvieron éxito, ni la fama que muchos le auguraban iba a tener. Y que por el contrario aquel “vago” resultó ser mucho más  fugaz para los negocios y un excelente cazador de éxitos.

Pero, ¿cuál es la razón de que pase esto?, ¿por qué quienes suelen esmerarse más, no terminan siendo tan afortunados en la vida? El interés ha sido tanto que muchas personas debaten sobre el tema y aseveran que la culpa es del sistema educativo, pues todo el tiempo exigen en trabajos o tareas a cambio de una buena calificación, pero realmente no preparan a las personas para afrontar los problemas de la vida, la realidad que está allí afuera.

Sin embargo hay otra cosa que hay que tener en cuenta y es con respecto a lo que el éxito se refiere, ya que para todas las personas la percepción de este no es el mismo, algunos lo relacionan con la riqueza, otros con el cumplimiento de logros y muchos más simplemente con la felicidad.

Alumnos que tuvieron éxitos sonados sin ser los mejores en los estudios

Un ejemplo de ello es el caso de Steve Jobs, fundador de Apple. Otros casos similares serían Bill Gates (de Microsoft) o Mark Zuckerberg (de Facebook), que nunca terminaron sus estudios o no se destacaron como los mejores de la clase, pero que ahora son reconocidos por su ingenio y fortuna.

Estudio en la universidad de Boston

Un investigador de la Universidad de Boston, que decidió seguir la vida de estudiantes graduados con las mejores calificaciones durante su época de estudios, encontró según que después de entrar a muy buenas universidades y conseguir un buen puesto, no pasó algo más relevante en sus vidas.

Dos factores que influyen:

1- “Las escuelas recompensan a los estudiantes que hacen lo que se les pide y la vida recompensa a las personas que se arriesgan”.

El líder de la investigación en la Universidad de Boston, asegura que lo que sucede es que el sistema nos enseña a premiarnos con el conformismo, a hacer siempre lo que nos indica un profesor y es por esto que nunca nos esforzamos por ir más allá, mientras que las personas que se logran salir de ese orden, sobrepasan las limitaciones.

2- Los colegios premian a quienes hacen las cosas bien, pero el mundo real premia a los apasionados y expertos en lo que hacen.

En el colegio siempre toca cumplir con todo, de 8 a 10 materias cada semana, así por más de que usted se interese por un tema en particular no le quedará ni el tiempo ni las energías para dedicarse solo a este porque siempre va a tener una tarea o un trabajo pendiente.

Pero en la vida real esto no sucede, en el mundo laboral usted tiene que sobresalir en solo un tema y tiene que demostrar que de verdad tiene el conocimiento y las habilidades en esto, el resto no importará tanto. Es por esto que quienes se interesan por lo que les apasiona y no por las reglas tienen mayor probabilidad de ser exitosos.

Esto podría llevarnos a pensar que la vida dedicada de los estudiantes de matrículas de honor puede ser un camino no tan deseable como creemos. Y es que, los estudiantes que no siempre son tan dedicados, muchas veces poseerían mejores habilidades para afrontar la vida: habilidades sociales y relacionales, inteligencia emocional, capacidad de análisis, habilidades comunicativas y de persuasión… esas cosas que no ayudan a obtener la admiración de los profesores académicamente hablando, pero que construyen una vida plena y feliz y que son las virtudes en común de los grandes emprendedores.

Salirse un poco de las reglas permite ser más arriesgado, obtener más cosas y por ende ser mucho más exitoso, así que pilas, no importa si usted tuvo las mejores o las peores calificaciones en sus estudios, solo intente escapar de la zona de confort, de lo que aparentemente está bien, encuentre sus pasiones y esfuércese por alcanzarlas.

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