Las criptomonedas han traído una gran cantidad de beneficios para muchas personas: capacidad de manejar su propio dinero, hacer transacciones transfronterizas de manera más rápida y sencilla, brindar oportunidades a personas no bancarizadas de iniciar sus negocios, incluso de hacer ricos a personas que estaban sumidas en la pobreza.

Sin embargo, algunos piensan que el costo de esto ha sido demasiado alto para el planeta. Los ecologistas han tenido una fuerte postura contra la minería de Bitcoin por las grandes cantidades de energía que consume, por lo que la caída del mercado criptográfico es una buena noticia para ellos.

Para varios ambientalistas, las últimas grandes caídas del mercado son una clara señal de que Bitcoin se “está volviendo inútil” y “pronto dejará de existir”, lo que significa que no se seguirán consumiendo las enormes cantidades de energía requeridas para la extracción de criptomonedas; es decir, buenas noticias para el planeta.

Ilana Strauss, escritora en TreeHugger, aseguró que “Bitcoin es un desperdicio colosal de energía y pronto lo será más”. Esta defensora del medio ambiente añadió: “Buen viaje… Hemos sabido que Bitcoin se estaba cayendo por un tiempo, pero las uñas ya están en el ataúd”.

Strauss ha sido una de las fieles detractoras de la criptomoneda. Ha afirmado públicamente que le molestaba la “moneda imaginaria” por las grandes cantidades de energía que consumía.

“En 2017, la minería de Bitcoin consumió más energía que 159 países”, sentenció. Aunque muchos reportes e investigaciones de grandes agencias han desmentido esta información, Strauss sigue firme defendiéndola, asegurando que la minería es una amenaza real para la humanidad.

Otro ecologista, Jon Truby, el director del Centro de Derecho y Desarrollo de la Universidad de Qatar, comparte el pensamiento de Strauss en que la minería de criptomonedas necesita demasiada electricidad, lo que ocasionará que se realicen aún más emisiones de gases de efecto invernadero que poco a poco van destruyendo el ambiente.

“La minería digital de divisas es la primera industria importante desarrolla a partir de Blockchain, ya que sólo sus transacciones consumen más electricidad que países enteros”, aseguró, según CCN.

Sin embargo, difiere de Strauss en que él no cree que el fin de Bitcoin esté cerca. “Bitcoin está aquí para quedarse y, por lo tanto, los modelos futuros deben diseñarse sin depender del consumo de energía de manera desproporcionada en sus beneficios económicos o sociales”.

A Truby, más que preocuparlelas criptomonedas, le preocupa su tecnología subyacente: Blockchain. Por lo queno sólo pidió la intervención del gobierno en la minería criptográfica, sino que solicitó que se frene el desarrollo adicional de la tecnología de cadena de bloques para mitigar el impacto ambiental.

“Muchos desarrolladores no han tenido en cuenta el impacto ambiental de sus diseños, por lo que debemos alentarlos a adoptar protocolos de consenso que no generen altas emisiones”, aseguró.

Truby continuó sentenciando que “no tomar medidas significa que estamos subsidiando una tecnología que consume mucha energía y que los futuros desarrolladores de Blockchain sigan el mismo camino dañino”.

A pesar de esto, luego afirmó que la cadena de bloques es una tecnología importante que merece un mayor desarrollo, pero “debe dirigirse hacia la sostenibilidad si quiere darse cuenta de sus ventajas potenciales”.

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