Mucho se reporta sobre los casos de estafas, fraudes, hackeos y robos relacionados con las criptomonedas, lo que ha creado una imagen negativa de estos activos. En esta oportunidad, se escribirá sobre un caso donde la justicia triunfó y se condenó a 86 meses de prisión a un estafador criptográfico.

La juez federal de distrito, Sandra J. Feuerstein, sentenció a Blake Kantor, residente de Nueva Jersey, de 44 años, sospechoso de ser la mente criminal detrás de diversos casos de estafas, a pasar 86 meses en prisión, pagar una restitución total de 806.405 dólares distribuidos a las víctimas que invirtieron en su estafa, así como el decomiso de 1,5 millones de dólares y 153.000 dólares de ganancias robadas.

La estafa se realizó a través de la compañía Blue Bit Banc (BBB), que ofrecía un modelo de inversión “todo o nada”, basado en los precios de valores, monedas y otros activos de inversión en el momento del pago. El fraude inicia cuando Kantor decide usar un programa de computadora para falsificar los datos de precios, con el fin de sesgar el esquema de pagos a favor de su compañía.

Además de esto, el sospechoso criminal convenció a sus inversionistas para que compraran la moneda ATM de criptomoneda con sus inversiones en BBB. La estafa llega cuando Kantor les dijo a los inversionistas que ATM Coin valía 600.000 dólares, cuando en realidad no tenía ningún valor.

Luego de esto, el sospechoso logró hacerse con miles de dólares y engañar a una gran cantidad de víctimas. Sin embargo, al final las fuerzas policiales lograron apresarlo y llevarlo a juicio, el cual terminó el 1 de julio, con una sentencia de la juez Feuerstein.

Actualmente, tanto reguladores como empresas criptográficas se encuentran trabajando para detectar y eliminar este tipo de situaciones, al igual que otros riesgos como el lavado de dinero y financiamiento del terrorismo. Sin embargo, es un sector que aún necesita mejoras, tanto para ser más eficaz como para que sus normas no interfieran en el correcto desarrollo de la industria.

Lo que sí demuestra este caso es que, a pesar del anonimato que caracteriza a las criptomonedas, los criminales que utilizan cifrado no necesariamente quedarán impunes. De hecho, cada día son más los casos en los que las fuerzas policiales rastrean y llevan ante la justicia a estos delincuentes.

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