Los niños con trastornos del espectro autista tienen a menudo cierta dificultad para relacionarse con personas a su alrededor, así como también, son más sensibles emocionalmente y en oportunidades no logran distinguir una cara de felicidad a una temerosa.

Para remediar esta situación, algunos terapeutas usan un robot amigable para los niños con el fin de demostrar esas emociones y hacer que ellos las imiten y respondan de manera apropiada.

Investigadores del Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, han desarrollado un tipo de aprendizaje automático personalizado que ayuda a los robots a estimar el compromiso y el interés de cada niño durante estas interacciones, utilizando datos que son únicos para ese niño.

Armada con esta red personalizada de aprendizaje profundo, la percepción de los robots de las respuestas de los niños estuvo de acuerdo con las evaluaciones de expertos humanos, con una puntuación de correlación del 60% según informaron los científicos en un artículo publicado recientemente en la revista ‘Science Robotics’.

Con la ayuda del MIT Media Lab, los responsables del proyecto han incluido en este androide un sistema de aprendizaje automático y personalizado que ayuda a los robots a estimar el compromiso y el interés del niño durante sus interacciones.

Esta disposición es fundamental para alcanzar un resultado óptimo, ya que así dicha tecnología podrá responder de manera correcta al comportamiento del paciente, quien debe sentirse cómodo y seguro durante la sesión. Una tarea complicada incluso para los terapeutas de carne y hueso, incapaces de interpretar a la perfección los movimientos, gestos y palabras del paciente.

“El desafío de crear aprendizaje automático e inteligencia artificial que funcione en el autismo es particularmente irritante, porque los métodos habituales de IA requieren una gran cantidad de datos que son similares para cada categoría que se aprende. En el autismo, donde reina la heterogeneidad, los enfoques de IA normal fallan”, dijo Rosalind Picard, coautora de artículo y profesora del MIT.

Los investigadores del MIT Media Lab han desarrollado un tipo de aprendizaje automático y personalizado que ayuda a los robots a comprender a los niños autistas a través de sus interacciones.

“El objetivo a largo plazo no es crear robots que reemplacen a los terapeutas humanos, sino mejorarlos con información clave que los terapeutas puedan usar para personalizar el contenido de la terapia y también hacer interacciones más atractivas y naturalistas entre los robots y los niños con autismo”, explica Oggi Rudovic, miembro del Media Lab y autor del estudio.

Los niños con condiciones de espectro autista sufren un aislamiento social marcado, siguen patrones estereotipados de conducta o tienen problemas para reconocer los estados emocionales de las personas que están a su alrededor. Una serie de síntomas que dificultan su adaptación al entorno o la comunicación con otros individuos.

La terapia en cuestión funciona de la siguiente manera: en primer lugar, el terapeuta humano muestra fotos al paciente que representan las diferentes emociones, con el objetivo de enseñarle a reconocerlas. Luego el robot reproduce esas emociones frente al niño y analiza la reacción del mismo. De esta forma, ambos pueden avanzar con la lección o dedicar más tiempo a una materia concreta.

Los 35 niños con autismo que participaron en este estudio, 17 de Japón y 18 de Serbia, tenían edades comprendidas entre los 3 y los 13 años. Durante sus sesiones de 35 minutos reaccionaron de varias maneras ante los robots, desde aburridos y adormilados en algunos casos.

Saltar de la sala con entusiasmo, aplaudir, y reír o tocar al robot, relatan desde el MIT Media Lab. También aseguraron que la mayoría de los niños que estuvieron  en este estudio reaccionaron ante el robot no solo como un juguete sino como una persona real

La inteligencia Artificial, poco a poco genera más avances tecnológicos en diferentes áreas, es un éxito, que esté obteniendo a pasos gigantescos mejoras en el área de salud, sobre todo si de ayudar a niños con una condición especial se trata.

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