En la medida en que aumenta la dificultad de la red de Bitcoin, los mineros son menos capaces de sostener sus operaciones. Numerosos factores están llevando a que este sector comience a dar señales serias de agotamiento nuevamente, aunque todavía lejos del drama de 2022.

A principios de 2023, el valor de la más popular de las criptomonedas rompió el mercado bajista. De tal manera, el primer semestre del año cerró con un rendimiento superior al 84% para esta criptomoneda. Eso llevó a que el negocio minero se colocara nuevamente en el terreno de la rentabilidad luego del agudo invierno.

Pero la alta rentabilidad atrajo un mayor número de mineros, lo que llevó a una subida imparable del poder informático de la red (hashrate). En la misma proporción de la subida de la tasa de hash, también lo hace la dificultad de la red. En otras palabras, mientras más mineros, la blockchain hace más compleja la tarea de procesar bloques válidos de transacciones.

Dificultad de Bitcoin se acerca a límites intolerables para los mineros

Considerando que la subida del hashrate aumenta la dificultad de la red de Bitcoin para minar, eso quiere decir que la rentabilidad del negocio disminuye. Con mayor complejidad de red, más tiempo se requiere para generar la cantidad acostumbrada de dinero expresada en BTC.

Al tener menos ingresos, el margen para la cobertura de gastos operativos y de ganancias de las empresas se hace más pequeño. Si a esto se suman otros elementos como los costos de energía, alquileres y demás, el asunto cobra mayor drama.

Precisamente, en Estados Unidos, las temperaturas extremas llevaron a que los costos de la energía se dispararan. En consecuencia, el aumento del poder informático (y con él el de la dificultad) y la subida de los gastos operativos comenzó a generar presión a partir de junio.

Como si esto no fuera suficiente, el precio de Bitcoin pasó de un estado de estancamiento a uno bajista. Por todos los lados, las empresas del sector minero sintieron un asedio de grandes dimensiones.

El resultado lógico de todo esto, es que algunos mineros entren en déficit, es decir, que sus gastos operativos superen los ingresos. Eso provoca la capitulación o desconexiones masivas, lo que lleva nuevamente a la baja del hashrate.

Como se puede notar, la dificultad es un factor clave que ahora aumenta las posibilidades de un desplome del poder informático.

La alta dificultad de la minería de Bitcoin aumenta los riesgos de capitulación de los mineros.
La dificultad de Bitcoin comienza a retroceder luego de un año de altos históricos. El actual punto sigue dañando la rentabilidad de los mineros. Fuente: Glassnode

Así está la red en estos momentos

Según datos recientes, el hashrate de Bitcoin es aproximado a 365 EH/s. Este año, ese poder de cómputo llegó a un alto histórico de 445 EH/s, lo que llevó la dificultad también a varios ATH consecutivos. Sin embargo, los factores mencionados arriba provocaron el inicio de una tendencia en la dirección contraria.

Durante el último ajuste de dificultad el pasado martes, la misma retrocedió -2,65% y se estima que el siguiente ajuste también sea de caída. Los datos hablan de una caída de 1,37% durante el cambio de complejidad que se operará en unos 11 días.

Esta relajación de los números es una clara evidencia de que los mineros de Bitcoin están capitulando. Eso significa que los gastos van más allá de la capacidad de generar ingresos. Debe tenerse en consideración que la caída de la dificultad de Bitcoin, como consecuencia de las capitulaciones, llega a momentos en que se hace atractiva. En ese sentido, los mineros nuevamente proceden a la conexión.

Con eso se completa el interminable círculo que rodea la rentabilidad dentro de la industria de la minería digital.

Deja un comentario