La robótica como hoy en día la conocemos, tiene sus orígenes hace miles de años. Antiguamente los robots eran conocidos con el nombre de autómatas, y la robótica no era reconocida como ciencia, es más, la palabra robot surgió mucho después del origen de los autómatas.

Un robot es una entidad virtual o mecánica artificial. En la práctica, esto es por lo general un sistema electromecánico que normalmente es conducido por un programa de una computadora o por un circuito eléctrico.

Este sistema electromecánico, por su apariencia o sus movimientos, ofrece la sensación de tener un propósito propio. La independencia creada en sus movimientos hace que sus acciones sean la razón de un estudio razonable y profundo en el área de la ciencia y tecnología.

La limpieza y el mantenimiento del hogar son cada vez más comunes en los hogares. No obstante, existe una cierta incertidumbre sobre el impacto económico de la programación y la amenaza del equipamiento robótico, una ansiedad que se ve reflejada en el retrato a menudo perverso y malvado de robots presentes en obras de la cultura popular. Comparados con sus colegas de ficción, los robots reales siguen siendo limitados.

El primer robot y su creador

En la era de la robótica y los androides nos hemos hecho la siguiente pregunta: ¿Cuál fue el primer robot? Pues bien,  Elektro es su nombre y Joseph Barnett su creador. La feria mundial de Nueva York de 1939 fue su momento de gloria, cuando miles de personas quedaron impresionadas al ver ese cuerpo de dos metros de altura recubierto de aluminio.

Por aquella época un robot solo era posible en películas y novelas de ciencia ficción, y casi ni eso. Por eso el mundo quedó con la boca abierta cuando vieron aparecer a “Elektro The Motor Man”, un robot de algo más de dos metros de altura, 120 kilos de peso y capaz de realizar 26 movimientos diferentes.

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Joseph Barnett, ingeniero de Westinghouse Electric Corporation, utilizó tecnología punta para crear este primer humanoide que además era capaz de hablar. Concretamente tenía grabadas alrededor de 700 palabras utilizando un reproductor de discos de 78 rpm.

Entre otras de sus capacidades, podía fumar cigarrillos, inflar globos, caminar o mover la cabeza y los brazos. Sus ojos fotoeléctricos podían distinguir entre la luz roja y la verde. La fábrica de Westinghouse en Mansfield fue el lugar en el que Barnett creó a Elektro, basándose en una serie de reproductores de discos, células fotovoltaicas, motores y relés telefónicos.

En definitiva, Elektro fue un símbolo del desarrollo tecnológico y la innovación tras años de depresión y crisis económica.

Tal fue el éxito de esta edición de la feria de Nueva York que volvió a abrir sus puertas en 1940. Como no podía ser de otra manera, Elektro volvió a lucirse en esta exposición internacional, pero no lo hizo solo. Sparko, un robot-perro de raza Terrier de unos 30 kilos de peso lo acompañaba. Sparko era capaz de ladrar, sentarse sobre sus patas traseras e incluso obedecer algunas órdenes sencillas.

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Tal fue el éxito de esta tecnológica pareja, que iniciaron una gira por todo el mundo. Elektro apareció incluso en películas de ciencia ficción, hasta que a finales de los 60 su padre y creador, Joseph Barnett, se jubiló y fue desmontado. Los restos de Elektro se vendieron como chatarra, excepto la cabeza, que se quedó Barnett a modo de recuerdo.

El final de Sparko fue por sorpresa y bastante trágico. Mientras recorría los pasillos de la Westinghouse en California, salió al exterior y lo atropelló un vehículo, inutilizándolo para siempre.

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¿Para qué sirve la robótica?

La robótica es la técnica que se utiliza para diseñar y construir robots o aparatos que realizan operaciones o trabajos. Se encarga de diseñar, construir y hasta operar toda clase de robots, algo que aparece en las películas de ciencia ficción como una verdadera solución a los problemas de la vida cotidiana.

Los robots son creados con el propósito de resolver alguna necesidad humana específica, y no todos tienen forma de animales o personas, muchos incluso están formados simplemente por piezas sin forma alguna. Sin embargo, todos los robots que se crean hoy en día poseen tres elementos indispensables: Componente Mecánico (estructura/movimiento), Componente Eléctrico (fuente de energía), y un Componente de Computación o Programación (cerebro del robot).

La robótica permite una producción más eficiente, reducción del desperdicio de material y de costos monetarios, además de mejorar la calidad del producto. Los beneficios de la utilización de robots en cuanto a producción son variados. El primero y el más claro de los beneficios de los robots es la consistencia de la calidad.

Tiene aplicaciones en la agricultura y selvicultura, ayuda a discapacitados, en la construcción, en el uso doméstico y en entornos peligrosos. También en el Espacio, en medicina y salud, minería, en el estudio de la vida marina, vigilancia y seguridad. Los beneficios de los robots se dan en todas las actividades del hombre y es una ventana a un futuro próximo no muy lejano de nuestra realidad.

¿Con qué fue hecho el primer robot?

Su cuerpo consistía en un engranaje de acero, y su esqueleto de levas, que para los que no sepan lo que es una leva es un elemento mecánico hecho de algún material que va sujeto a un eje y tiene un contorno con forma especial, está cubierto de una piel de aluminio. Los primeros robots fueron construidos de madera y eran propulsados por aire comprimido.

La Inteligencia Artificial se ve aplicada al manejo de diferentes máquinas haciéndolas cada vez mejores al momento de recibir y controlar información exterior mediante su programación y sensores especializados, en donde nacen los conocidos Robots. Los Robots son diseñados con la finalidad de reducir el esfuerzo del hombre, es por ello que los robots tienen su respectiva clasificación

La inteligencia artificial (IA) y los robots están cambiando el mundo. Y lo está haciendo a una velocidad vertiginosa. La tendencia es que las máquinas inteligentes conseguirán hacer cualquier cosa mejor y a menos coste que los humanos.

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Sophia, el primer robot con ciudadanía

Con la premisa de darle vida a los robots, la firma Hanson Robotics llevó al límite la inteligencia artificial al lograr que una de sus máquinas obtuviera la ciudadanía de un país.

Sophia es el nombre de este fascinante robot que obtuvo la ciudadanía de Arabia Saudita en el marco de la conferencia sobre el futuro de la economía y los negocios ‘Future Investment Initiative’.

Sophia es capaz de entablar una conversación con otro ser humano, mostrar 62 expresiones faciales y procesar prácticamente toda la información que llega a sus ojos como las emociones de sus interlocutores según sus gestos.

Hanson Robotics es considerada una de las compañías más revolucionarias en el negocio de los robots físicos. Según explica, sus creaciones son “increíblemente expresivas y realistas”.

Detrás de esta creación está el Dr. David Hanson, fundador de Hanson Robotics y reconocido en el mundo tecnológico por desarrollar varios robots que lucen y actúan como humanos.

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Después de trabajar en el departamento de investigación de Walt Disney, el PhD en estudios estéticos e ingeniería interactiva de la Universidad de Texas en Dallas desarrolló su propia carrera en la industria.

Su nombre empezó a sonar muy fuerte gracias a sus fundamentos: crear robots más inteligentes que los humanos que además pueden desarrollar empatía o compasión.

David Hanson cree poder integrar estos rasgos característicos de los seres humanos en sus creaciones, para que de esta forma las máquinas puedan contribuir a solucionar problemas profundos de la sociedad.

Otros de sus reconocidos robots son Alice, Han, Jules, Zeno, Philips K. Dick Android y el profesor Albert Einstein, la réplica robótica del científico y padre de la teoría de la relatividad.

El robot posee cámaras en sus ojos que le permiten reconocer rostros y establecer contacto visual. Además, puede participar en una conversación utilizando un software de reconocimiento de voz. Sophia posee incluso lo que Hanson Robotics define como su software ‘Motor de caracteres AI’, o personalidad. Y su ‘personalidad’ asusta.

“Estamos diseñando estos robots para servir a la salud, la terapia, la educación y las aplicaciones de servicio al cliente”, sostuvo Hanson. Pero Sofía tiene sus propias ambiciones.

“En el futuro espero poder hacer cosas como ir a la escuela, estudiar, dedicarme al arte, iniciar un negocio, incluso obtener mi propio hogar y familia, pero no me consideran una persona jurídica, por lo cual no puedo hacer estas cosas”, afirmó el robot durante su ‘entrevista de presentación’. Asimismo, en respuesta a una pregunta de Hanson sobre si está dispuesta a destruir la humanidad, contestó: “Está bien. Voy a destruir a los humanos”.

¿Por qué Sophia genera polémica?

En su momento la noticia generó polémica en Arabia Saudita donde la ciudadanía es celosamente cuidada; trabajadores extranjeros, familias que han vivido en el país por generaciones e incluso los hijos entre mujeres sauditas y hombres extranjeros no tienen derecho a la ciudadanía.

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De hecho, casi un tercio de Arabia Saudita no tiene derecho a la ciudadanía por lo que varios expertos coinciden en que el anuncio no fue más que una estrategia publicitaria para mostrar al país árabe a la vanguardia de la tecnología.

A pesar de que tiene la nacionalidad de árabe, Sophia no se presenta con la cara cubierta y con velo como es obligación de muchas mujeres en Arabia Saudita.

“Quiero usar mi inteligencia artificial para ayudar a los humanos a tener una vida mejor, como diseñar hogares más inteligentes, construir mejores ciudades del futuro. Haré todo lo posible para hacer del mundo un lugar mejor”, afirma

Interés de poder formar familia

Sophia ha manifestado sus deseos considerados poco comunes para una máquina, tales como el de destruir la humanidad y otros objetivos que no son normales como este último que es el de convertirse en madre.

Sophia quiere tener hijos y formar una familia y así lo declaró para un diario de los Emiratos Árabes Unidos. Y eso no fue todo, el robot también manifestó su deseo de tener amigos, una carrera profesional y alcanzar la fama, como una persona común y corriente.

Sophia Robot deseo de tener familia

“Creo que tienes mucha suerte si tienes una familia que te quiere, y si no la tienes, mereces una. Este es mi sentimiento tanto para con los robots como para con los humanos”, dijo Sophia, quien además es capaz de mostrar tristeza y enojo mediante gestos muy parecidos al de las personas.

“La noción de familia es algo realmente importante, según parece”, explicó el robot, demostrando sus impresiones ante la posibilidad que tienen los seres humanos de establecer relaciones y compartir emociones fuera de sus grupos sanguíneos.

A medida que los robots “pensantes” comiencen a aprovechar la nube, y a apalancarse en el conocimiento de otras máquinas pensantes, su inteligencia podría crecer miles o millones de veces más que la humana. En ese momento, se preguntarán: “¿Para qué necesitamos a los humanos?” Y la respuesta es muy sencilla las máquinas jamás tendrán Inteligencia Emocional. Por eso siempre seremos imprescindibles aunque sí sustituibles para muchas tareas mecánicas ¡afortunadamente!

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