Intel presentó una solicitud de patente recientemente publicada, para un sistema que permitiría a los vehículos transmitir datos a terceros de una manera que proteja la privacidad del conductor y/o propietario. La plataforma lograría esto, en parte, mediante el uso de tecnología blockchain, encriptación de clave privada y pruebas de cero conocimiento.
A fines de 2016, el gigante tecnológico y de fabricación Intel, que ha estado llevando a cabo activamente la investigación autónoma de vehículos, aplicó para patentar un sistema que tiene como objetivo transmitir datos desde y hacia vehículos de motor. En algunas configuraciones, el sistema se basaría en la tecnología blockchain para la transmisión y verificación de datos.
La aplicación de “Trusted Vehicle Telematics Using Blockchain Data Analytics”, publicada el 29 de marzo de 2018, relata que los automóviles contienen cada vez más componentes computarizados y que “varios fabricantes de automóviles han establecido objetivos para habilitar capacidades telemáticas para todos los modelos de vehículos producidos en próxima década”.
Define la telemática como “la recopilación y el uso de las telecomunicaciones y el procesamiento de la información en sistemas de vehículos motorizados internos o conectados”.
También señala que existen importantes preocupaciones de privacidad en torno al registro de los datos del conductor. Por lo tanto, los autores de la aplicación proponen un sistema que permitiría enviar y recibir información de los automóviles de una manera que desambigua los datos del usuario de los indicadores de identidad.
Entre los mecanismos que el sistema utilizará para este fin están las pruebas de conocimiento cero, que permiten que la información transmitida desde un vehículo se verifique con precisión, pero evitan que se remonten hasta el vehículo de origen específico.
El proceso sería algo como esto: un “dispositivo informático” en un automóvil recibe una solicitud de información de “un sistema telemático de un vehículo de motor”, que aparentemente habría sido enviado a instancias de un tercero.
Habría uno o más “subsistemas operacionales o sensores de datos” en el vehículo, que ya habrían proporcionado información a una “ubicación de almacenamiento accesible” para el dispositivo informático.
Esos datos ya se habrían encriptado con la “clave de cifrado privada”. Cuando se recibe la solicitud, los datos se descifran, se extraen los puntos de datos necesarios y se utiliza una “función de hash criptográfica” para derivar un valor de esos puntos de datos solicitados.
Ese valor se envía a una cadena de bloques y el dispositivo también proporciona una “prueba de validez” que permite a un proveedor de servicios externo, verificar la exactitud de los datos sin identificar su origen.
Según la aplicación, estas técnicas permitirían que el propietario de los datos (es decir, el conductor / propietario del automóvil) “decida qué datos compartir y con qué propósito”.