La crisis financiera mundial que vivimos entre los años 2007 y 2008 sigue haciendo estragos en nuestras economías. Si no nos creen, simplemente echemos un vistazo a los bancos europeos, que han comenzado a cobrarle a los ahorristas tasas de interés negativas por mantener su dinero en las cuentas de ahorro. De todos modos no hay nada que temer en la actualidad, pues Bitcoin (BTC) ya es parte de nuestras vidas.
¿Cómo comenzó la crisis financiera?
La crisis comenzó en el mercado hipotecario de los Estados Unidos. En ese entonces se le otorgaban hipotecas a los dueños de propiedades; las cuales llegaron a ser más elevadas que el valor de la vivienda misma. Lo que le permitía a los norteamericanos comprar otro inmueble, para luego adquirir otra hipoteca, y así sucesivamente; continuando el circulo vicioso en que se encontraban.
Esto no es todo
Pero, la historia de terror no termina aquí, y es que esta burbuja se contagió rápidamente hacia las bolsas de valores de los Estados Unidos. Estas pobres personas sobre endeudadas y sin nadie que las detuviese; se dirigieron masivamente hacia los bancos, los cuales estaban más que dispuestos a comprarle sus hipotecas.
Estas luego eran empaquetadas juntas y listadas en el mercado bursátil como cualquier otro instrumento financiero; pero con una diferencia sustancial, una jugosa tasa de retorno de más del 10 %; para tener un poco de contexto la tasa en ese entonces de los Bonos del Tesoro Estadounidense rondaban entre los 2,5 y 3 %.
Bajo el lema “¿quién no paga una hipoteca?”, se comenzaron a vender y comprar con increíble rapidez este pack de deudas llamadas “Subprime”. Las cuales ahora comenzaron a mutar en diferentes tipos de paquetes de hipotecas ajustables a cualquier necesidad.
Los altos niveles de retorno, y los sospechosamente bajos riesgos de estos valores, hicieron rápidamente a estos derivados la inversión favorita de Wall Street.
Pero, lamentablemente la expansión de la mortal burbuja no finalizó aquí. A literalmente la velocidad de la luz; la información de las altas tasas de retorno y el bajo riesgo de impago de las hipotecas le dio la vuelta al mundo.
No solo las Instituciones bancarias, como seguros y fondos de pensiones, vieron con buenos ojos a estos “SubPrime”. Sino, que también naciones de todo el globo se apresuraron a obtener su parte de estos cuantiosos beneficios.
Es así que en el transcurso de unos pocos meses, todo el globo tenía respaldado gran parte de su dinero en las hipotecas impagables de los habitantes de los Estados Unidos.

La explosión de la burbuja se gesta Bitcoin
Las dudas sobre la legalidad de estos subprimes, y los ecos de una posible burbuja financiera, llegaron a su clímax en el año 2007. Muchos estudios de varios economistas expertos e importantes universidades ya habían detallado la situación del mercado de viviendas e hipotecas de los Estados Unidos, donde incluso desempleados tenían varias viviendas y varias hipotecas.
Ya para principios del 2007 muchos de los deudores no pudieron pagar sus hipotecas, situación que no despertó mayores miedos, pues los números seguían en verde. Incluso para octubre de 2007 la venta de casas alcanzó un nuevo máximo.
La situación pudo seguir ocultándose relativamente hasta el 15 de septiembre del año 2008, donde el famoso banco de inversión Lehman Brothers se declaró en banca rota, pues no tenía la liquidez para cancelar sus deudas con los inversores, pues el dinero del pago de hipotecas tenía meses que no se cancelaba debido a terroríficos niveles de impago.
Es aquí donde la burbuja finalmente explota, bajo la mirada de todos los inversores, bancos, naciones y fondos de jubilación. Rápidamente comienza una carrera mundial por vender los SubPrimes y obtener así los grandes retornos prometidos. Pero se hallaron en la situación de que casi ningún banco tenía la liquidez necesaria para cancelar sus obligaciones, pues los afamados instrumentos estaban sustentados únicamente en deudas que nunca iban a ser canceladas.
El pánico también viajó a la velocidad de la luz. En un instante centenares de millones de dólares de desvanecieron. Instituciones financieras y grandes industrias tuvieron que cerrar sus puertas, el dinero de sus inversores se había esfumado junto con la burbuja.
Millones de personas perdieron todos sus bienes, sus fondos de jubilación o todo su dinero invertido en el mercado de valores, incluso todos sus ahorros. Simplemente nuestro dinero, el que habíamos confiado a las instituciones bancarias, para que protegieran e invirtieran cautelosamente escapando de los altos riegos, había sido usado para obtener altas tasas de retorno sin nuestro consentimiento.
En esta ocasión quedó demostrado que no somos realmente dueños de nuestro dinero.
Después de la tormenta siempre viene la calma
Mientras tanto, en algún lugar del mundo, Satoshi Nakamoto era testigo de toda la devastación que había sido causado por el sector financiero tradicional, siendo este el culpable de que aún en día estemos al borde de una nueva crisis mundial.
No se sabe la identidad, o identidades, de Satoshi Nakamoto, pero lo que si sabe es que, justamente un año después de este tsunami, Satoshi presentó una idea que cambiaria la forma en la cual nos involucramos con las finanzas: ahora tu eres el dueño de tu dinero!
De esta manera, Nakamoto nos presentó su idea de libertad en dos tecnologías, llamadas Blockchain y Bitcoin (BTC), la primera criptomoneda.
Gracias a esto nunca más tendríamos que confiarle nuestros sueños y esperanzas traducidos en ahorros a ejecutivos de las calificadoras de riesgo, bancos, fondos de pensiones, e incluso en los propios burócratas nacionales.
Además, gracias a que tanto Bitcoin, como la Blockchain, son de código abierto, hoy en día el sueño de Satoshi de no depender de terceros, sino de nosotros mismos, está más vivo que nunca.
Pues, desde el 2009 hasta los momentos, se han creados miles de criptomonedas e infinitas nuevas firmas que creen firmemente en los ideales de la descentralización, y entre todas han comenzado una nueva revolución que no termina nada más con el dinero.
Por ende, no tenemos mucho por qué preocuparnos, Bitcoin, ha llegado al rescate, ya ninguna crisis financiera podrá quitarnos lo que nos pertenece.