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Ingenieros de la Universidad de Columbia crean el primer robot con autoconciencia

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Ingenieros mecánicos de la Universidad de Columbia, en Nueva York, crearon el primer robot que posee la habilidad de la autoconciencia, este aprende y se imagina cómo luce a sí mismo desde cero, sin ningún tipo de preparación acerca de dinámica motora, ni física; según lo publicado en la revista Science Robotics, a principios de febrero.

La investigación fue llevada a cabo por Robert Kwiatkowski, un estudiante de posgrado de la Universidad de Columbia, junto al profesor de ingeniería mecánica Hod Lipson.

Ambos lograron crear un brazo robótico articulado, que utiliza un proceso de autosimulación, para adaptarse al entorno, realizar distintas tareas e incluso identificar algún daño en su composición para repararlo. En otras palabras, inventaron un robot que es capaz de analizarse a él y al ambiente en el que se encuentra, hasta llegar a la conclusión de que es un robot.

“La autoconciencia es el Santo Grial” señaló Lipson, quién además expresó que es indispensable para los robots aprender a simularse, si en verdad se desea que estos alcancen su independencia, puesto a que esta es la herramienta que les permite enfrentarse y actuar ante diferentes escenarios. Asimismo, agregó que este método es muy parecido al que emplean los seres humanos y los animales cuando generan su propia imagen interior.

Durante el estudio, en primera instancia, el robot empezó moviéndose de manera fortuita y mediante titubeos llegó alcanzar las mil trayectorias. Después, a medida en que fue transcurriendo el tiempo, hizo uso de una técnica moderna de aprendizaje automático, conocida como aprendizaje profundo; para generar un modelo de sí mismo.

Igualmente, los investigadores manifestaron que los primeros auto-modelos fueron muy deficientes y que ni siquiera comprendían de qué manera estaban fusionadas sus articulaciones. Sin embargo, al cabo de un día y medio, luego de un proceso de meditación o reconocimiento interno, el auto-modelo se sincronizó con el robot físico, solo que con una diferencia de unos cuatro centímetros en relación a su tamaño.

De esta forma, el auto-modelo fue capaz de ejecutar la tarea de tomar y colocar un objeto, desde un sistema de circuito cerrado. De manera que se le facilitó al robot detectar sus fallas a través de su propia retroalimentación, es decir, pudo pensar y deducir qué podía hacer, qué no y cómo hacerlo. Para posteriormente, poder tomar las decisiones y medidas necesarias que le permitieran desarrollar la actividad de una mejor manera, en una próxima oportunidad a lo largo de su trayectoria.

En efecto, básicamente solo con la ayuda del simulador interno y con el sistema de bucle cerrado, fue como finalmente el robot logró realizar la labor de tomar distintos objetos en determinados lugares en el suelo, que después depositó en un recipiente, demostrando de este modo, su destreza al conseguirlo con un cien por ciento de éxito.

Expertos en el área manifestaron que la gran diferencia que existe entre este robot con respecto a uno normal, es que no sigue ningún patrón establecido o impuesto por sus creadores; razón por la cual posee mucha más libertad al momento de tomar sus decisiones y que a su vez generó tanta inexactitud al principio de su creación.

Por otra parte, tanto Lipson como Kwiatkowski confesaron que “esta habilidad de imaginarse a sí mismo es algo tosca comparada con la de los seres humanos”. No obstante, consideran que este es uno de los primeros pasos para llegar a conseguir un robot con conciencia propia.

Al mismo tiempo, Lipson admitió que sí existen riesgos éticos considerables, acompañados de otros aspectos negativos tras la posibilidad de otorgarle conciencia a los robots en general; pero, sostuvo que también son muchas las ventajas que representaría esta invención para la sociedad y para estas máquinas, haciendo mención de beneficios como los de adaptación y recuperación.

Par finalizar, si bien es cierto que los seres humanos son únicos gracias a su cualidad innata de poder imaginarse a sí mismos, y visualizarse en diferentes situaciones; hoy en día existen distintas investigaciones destinadas a que los robots aprendan a simularse. Aunque estos aún no aprendan a hacerlo como los humanos, debido a creaciones como esta, cada vez está más cerca la posibilidad  de que sea real; llegar a conocer un robot con conciencia propia.

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