Si las criptomonedas son realmente el nuevo Salvaje Oeste, Lubin lo haría excelente de vaquero, desenfundando fríamente sus pistolas mientras mira a un oponente.

Y es que esta imagen lo refleja bien, pues Lubin se ha convertido en una especie de leyenda, al ayudar a abrir un camino para una nueva generación de aventureros emprendedores que buscan establecer un nuevo orden de cosas que apenas está en sus inicios.

Como cofundador de Ethereum, el tercer blockchain público más grande por su valor, Lubin no sólo está haciendo la mayor apuesta posible en un espacio ya muy disputado, sino que también ayudó a cimentar el territorio en sí. Ya sean implementaciones privadas o públicas, gran parte de su equipo de trabajo en ConsenSys se centra en promover una sola plataforma: Ethereum.

Esa dedicación única dio sus frutos, arrojando como resultado un crecimiento casi exponencial.

Durante el año pasado, el número de empleados de ConsenSys se disparó en casi un 400 por ciento, mientras que la organización ha crecido hasta incluir 37 compañías diferentes en industrias tan diversas como los mercados de predicción, la energía y la contabilidad.

La expansión coloca a la compañía entre las empresas de más rápido crecimiento, en una de las industrias de gran auge. Pero en el futuro, en lugar de la expansión hacia nuevas industrias, Lubin espera ver que las cosas se muevan en una nueva dirección: hacia arriba.

Búsqueda de autosuficiencia

Mucho antes de que Joe Lubin fuera el jefe de una de las startups más influyentes en blockchain, había logrado convertirse en vicepresidente de tecnología para la división privada de gestión patrimonial de Goldman Sachs, a fines de la década de 1990.

Pero los ataques terroristas en el World Trade Center en 2001 lo llevaron a reevaluar la forma en que “las organizaciones del mundo están estructuradas”, declaró alguna vez. Eso lo motivó, y se embarcó en un proceso de aprendizaje de por qué el control centralizado a veces sale mal, y qué alternativas pueden ser las correctas.

“Las infraestructuras descentralizadas, si se ejecutan bien, pueden ser más fluidas, pueden ser más receptivas, pueden distribuir el poder de manera más amplia y equitativa”, dijo en una entrevista a CoinDesk en diciembre.

En el 2009, cuando se publicó la documentación técnica de Bitcoin, Lubin finalmente encontró los componentes básicos de la nueva forma de organizar los sistemas que estaba buscando.

Al recibir una copia del whitepaper de Vitalik Buterin sobre Ethereum, el 1 de enero de 2014, ya estaba en camino de ser un experto en cómo funcionaba la tecnología.

Fue lo que Lubin llama su “momento etéreo”.

Joseph Lubin Ethereum

En su primer artículo en el sitio de ConsenSys, Lubin escribió:

“Desde ese día de enero, yo -junto con muchos pensadores y tecnólogos talentosos- hemos trabajado obsesivamente para ayudar a que Ethereum y los elementos del ecosistema económico y social descentralizado que estamos construyendo en él, puedan existir”.

Cuando Ethereum extrajo su bloque de génesis el 20 de julio de 2015, Lubin ya había fundado ConsenSys, y estaba trabajando con un grupo central de empleados para desarrollar la primera expansión.

Fiebre del oro

Siguiendo la promesa de un libro mayor descentralizado similar al Bitcoin, pero con un lenguaje informático que permite descentralizar aplicaciones completas, Lubin estableció su primera base en una pequeña oficina en Times Square.

Poco después, el aumento de los precios inmobiliarios y el deseo de crear una cultura distinta a la de Wall Street obligaron a la empresa a llegar a Brooklyn, Nueva York. A diferencia de los elegantes rascacielos que albergan al ex empleador de Lubin y otras instituciones tradicionales, la imagen de la entrada a la sede del edificio de ladrillos se encuentra entre un café moderno y un viejo garaje de carga, de aquéllos cuando la zona era parte de la influyente “Ciudad industrial” de Nueva York.

Pero mientras el corazón espiritual de ConsenSys está en Brooklyn, oficialmente, la startup tiene su sede en Suiza.

Establecida como una sociedad anónima (AG) de responsabilidad limitada, la compañía descentralizada está estructurada de modo que posee entidades independientes, que a su vez están incorporadas en jurisdicciones de todo el mundo.

Además de las oficinas formales en Dubái, Washington D.C. y Singapur, Lubin cuenta con una serie de “protooficinas” con poco personal en París, Ciudad del Cabo y Sydney, que espera que se incorporen formalmente este mismo año.

Hacer dinero

Para ayudar a incentivar el crecimiento de la inusual infraestructura de su startup, Lubin emplea un nuevo tipo de esquema de compensación.

Dinero

Los empleados, o “miembros”, como sus empleados se refieren a sí mismos, no sólo reciben un salario tradicional, sino que a menudo están vinculados a la compañía a través de una conexión bursátil de dos vías, donde participan como “co-dueños” de Consensys.

Ocasionalmente, también se incluye una compensación en forma de derechos de propiedad intelectual.

Si bien ConsenSys todavía no es rentable, está generando “millones de dólares” en consultoría de ingresos con organizaciones empresariales y gubernamentales, además de proporcionar servicios tales como auditorías de código por una tarifa. Lubin pronostica que varios proyectos de las compañías generarán “ingresos significativos” para el segundo trimestre de 2018.

El Proyecto Brooklyn

A través de una carta abierta publicada en médium.com el 30 de noviembre de 2017, Lubin anunciaba el “Proyecto Brooklyn”, una iniciativa multi-industrial que busca “promover el crecimiento económico impulsado por tokens y la protección del consumidor“, según reza en la página web del proyecto.

La visión de Lubin aspira eliminar, mediante el uso global de tokens, las debilidades y fricciones tales como fraude, papeleo, documentación perdida, confianza en “terceras partes”, o simplemente costos de procesos de aprobación de ida y vuelta de transacciones, implícitas en elementos fundamentales de nuestras sociedades.

Dado que los tokens se basan en una infraestructura de base de datos de última generación compartida a nivel mundial (la cadena de bloques Ethereum), éstos se yerguen como la herramienta adecuada para facilitar operaciones confiables, justas y sin fricciones, argumenta Lubin.

Blockchain

“Todos los actores de este sistema pueden estar seguros de que las reglas se aplican y siguen de manera justa. Ningún grupo minoritario de actores o intereses especiales puede manipular indebidamente los datos o procesos comerciales, ya que todos pueden inspeccionar directamente los datos y la lógica comercial”, explica.

Esta infraestructura de computación global compartida permite la “tokenización” de casi cualquier cosa, por ejemplo, de las acciones ordinarias de una empresa, la identidad de una persona, una licencia de software, un par particular (no sólo modelo o marca) de zapatos.

Los tokens, como activos nativos digitales en la cadena de bloques de Ethereum, permiten la creación, verificación e intercambio de activos confiables, justos y sin problemas. Esto, según Lubin, tiene profundas implicaciones:

“Cuando las sociedades pueden ejecutar eventos de creación de valor sin fricción, puede acumular valor más rápido. Al igual que el poder del interés compuesto, la combinación de eventos de creación de valor con retrasos minimizados puede ser un impulsor profundo de crecimiento exponencial para una economía.

Debido a que el blockchain de Ethereum tiene pocas barreras de entrada y es intrínsecamente descentralizado, global y transparente, podemos esperar que este crecimiento se distribuya más uniformemente en toda la sociedad que el crecimiento económico más alto al que lamentablemente hemos estado acostumbrados”, concluye.

En los próximos años, en lugar de una expansión significativa, Lubin dice esperar más de lo mismo, “sólo que más grande y mejor”:

“Estamos haciendo lo que queremos hacer”, dice”, “y lo estamos haciendo como queremos hacerlo”.

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