China no es lo que uno describiría como el epítome de la transparencia, especialmente cuando se trata de cuestiones de datos económicos y de informes. Pero un movimiento reciente del Banco Popular de China (PBoC), el banco central chino debe ser motivo de preocupación en la segunda economía más grande del mundo.
A medida que los mercados mundiales cayeron la semana pasada debido a las preocupaciones de la guerra comercial, así como a la desaceleración del crecimiento chino, el banco central de China anunció que inyectaría US$117 mil millones en el sistema bancario, lo que permitiría a los bancos comerciales reducir la cuota de depósitos que deben mantener en reserva, en un esfuerzo por aumentar los préstamos y detener lo que algunos analistas creen que pueden ser una desaceleración del crecimiento económico mucho más aguda que lo informado.
Desde el verano pasado, Beijing ha adoptado una serie de medidas de estímulo fiscal y monetario en un esfuerzo por evitar la desaceleración del crecimiento, ese pacto está a punto de ser probado por primera vez desde que el ex presidente chino Deng Xiao Ping instituyó una reforma económica en los años ochenta.
El viernes pasado, el primer ministro chino, Li Keqiang, se reunió con funcionarios de los tres bancos comerciales más grandes de China y los instó a impulsar los préstamos a pequeñas empresas privadas, pero no están obligados a hacerlo.
Y en la conferencia anual de trabajo económico central de diciembre pasado, los responsables políticos chinos señalaron su intención de promulgar más recortes de impuestos, gastos de infraestructura y flexibilización monetaria. Si la Fed continúa ejerciendo una presión al alza sobre las tasas, cualquier movimiento por parte del PBoC para reducir aún más las tasas podría arriesgarse a activar la salidad de capital y ejercer una presión renovada sobre el yuan chino.
Ya los movimientos han despertado un renovado interés en Bitcoin tanto por parte de inversionistas chinos como de ciudadanos y empresarios, lo que hace que la moneda de criptomoneda vuelva a estar por encima del nivel de US$ 4,000, su nivel más alto en 2019.
Desde hace mucho tiempo se sabe que Bitcoin facilita la fuga de capitales desde China. La opacidad de Bitcoin ha facilitado durante mucho tiempoa los ciudanos chinos que intentan eludir los controles de capital de su país, que restringen las salidas a unos escasos 50.000 dólares al año.
En 2017, incluso hubo “primas de kimchi” causadas por los comerciantes chinos que traían efectivo a las cercanías de Corea del Sur para comprar Bitcoin, con el precio de BTC en Corea del Sur alcanzando una prima de hasta el 20% en comparación con el resto del mundo.
Y con las recientes señales de que el PBoC eventualmente tendrá que comenzar otra ronda de flexibilización monetaria, lo que supondría una continua presión a la baja sobre el yuan chino, los ciudadanos chinos podrían estar tratando de salir temprano, mientras que el avance sigue siendo bueno.
En una reunión de gabinete celebrada en julio pasado, los políticos chinos marcaron una ruptura decisiva con la austeridad, pidiendo nuevas medidas de estímulo a causa de las “incertidumbres en el entorno externo”, un eufemismo para el aumento de las tensiones comerciales con los Estados Unidos.
En el mediano plazo, al menos, la presión a la baja sobre el yuan, el potencial de China para instituir controles de capital para reinar en la fuga de capitales puede proporcionar un impulso inesperado para las criptomonedas, en particular Bitcoin, largamente favorecido por los chinos como un vehículo para mover la riqueza.