Las tarifas por transacciones de Bitcoin suben rápidamente durante las últimas jornadas. Por primera vez desde 2020, las mismas superaron a las de Ethereum con un equivalente de $11 millones pagados en fees en un solo día. Este hecho se convirtió en una ráfaga de aire fresco para la industria de la minería digital.
Es importante tener en consideración que los ingresos de los mineros de Bitcoin se generan desde dos fuentes. La primera son las recompensas de la red con bitcoins nuevos que se liberan cada vez que se procesa un bloque de transacciones. La segunda es por medio de la repartición de las fees que pagan las personas que hacen envíos.
La primera forma permanece fija durante un halving y otro, mientras que la otra es más cambiante. En ese sentido, los mineros pueden tener un estimado de sus ganancias por procesar bloques. Sin embargo, la subida de las ganancias por comisiones solamente sucede en períodos de alta actividad en la red.
Precisamente, ese es el caso en la actualidad. El aumento de las inscripciones en los Ordinals está ocupando gran parte de la capacidad operativa de la red de Bitcoin, lo que provoca atascos. Esa alta actividad hace que miles de transacciones queden en cola, lo que obliga a los comerciantes a pagar fees más altos para que los mineros las recojan.
Las tarifas de Bitcoin coquetean con los mineros
La actual subida de las tarifas de Bitcoin se produce en un momento de alta tensión entre la industria minera. Las grandes empresas se encuentran en una despiadada carrera antes del halving, el cual se producirá en pocos meses. En ese sentido, estas compañías buscan incrementar sus ingresos para invertirlos en poder informático que les permita mantener ingresos convenientes luego del recorte.
Bajo ese escenario, se puede decir que este incremento de las comisiones por transacción se convierte en una bocanada de aire fresco. Según datos de Glassnode, los ingresos de los mineros por comisiones ahora están en un 25%, lo cual es notablemente alto en comparación con otros tiempos.
La creciente competencia por aumentar el poder informático llevó a los mineros a aumentar el hashrate global de Bitcoin. El resultado de esto es un incremento de la dificultad de la red, lo cual hace más complejo conseguir bloques. En palabras simples, mientras más mineros conectados, menos rentable es minar. Ese círculo de caída de la tasa de ganancia, sumado a la presión de la cercanía del halving convierten el incremento de las tarifas casi en un milagro.
Del mismo modo que el pasado mes de mayo, las tarifas de Bitcoin suben motivadas por la actividad en los Ordinals. Como se puede apreciar en la imagen de abajo, en mayo, con el estallido de la fiebre de los tokens BRC-20, también hubo un pico en las comisiones por transacción.

Una nueva era de la criptomoneda reina
Lo que está sucediendo con los Ordinals de Bitcoin es algo histórico para esta red que, hasta hace poco, se consideraba de propósito único. La llegada de estos tokens en su seno provoca un cambio completo en el ecosistema financiero de la cadena de bloques creada por Satoshi Nakamoto.
Aunque esa nueva funcionalidad de la blockchain de Bitcoin genera malestar entre los más ortodoxos maximalistas, también tiene sus puntos positivos. Por ejemplo, se convierte en una fuente de seguridad para la red. Considerando que los halvings tienden a disminuir drásticamente los ingresos de los mineros, los ingresos por comisiones están llamados a ir llenando ese vacío.
El auge de los Ordinals se convierte en proveedor de estímulo a futuro para los mineros. Al final del camino, estos últimos son los encargados de aportar el poder de hash que ofrece seguridad a la red. De cualquier manera, el hecho de que las tarifas de Bitcoin suben fuertemente se convierte en una de las esperanzas de la industria minera para enfrentar el período inmediatamente posterior al halving.
Si el precio de Bitcoin no sube rápidamente luego del halving, muchas empresas enfrentarán serios problemas. De allí que los BRC-20 se convierten en elementos altamente oportunos y positivos para la robustez de la red, a pesar de no estar en los planes de Satoshi Nakamoto cuando creó Bitcoin.