JP Morgan, una compañía estadounidense de servicios financieros y el sexto banco más grande del mundo, lanzó recientemente su propia criptomoneda llamada ‘JPM Coin’, tal cómo se informó por este medio el día 14 de febrero de 2019.
La criptomoneda como es de conocimiento público, enfrento mucho calor del ecosistema, ya que la llamaron centralizada, por que básicamente destruye el espíritu de la cadena de bloques y de la primera cripto, Bitcoin, que fue creada para quitr el control a las autoridades centralizadas.
Desde Traders hasta influencers, pasando por comentaristas y empresarios de la industria criptográfica críticaron a JP Morgan por su anuncio, mientras otros alaban su decisión por el posible impacto positivo que puede tener en una industria que vive un mercado bajista prolongado.
Más allá de las razones esgrimidas por todos los involucrados, por las naturalezas obivas de uno de los enemigos públicos número uno del Bitcoin y las criptomonedas en el pasado reciente, como es Jamie Dimon, el CEO de JP Morgan; intentaremos enfocarnos en este post sobre las posibles ventajas de un anuncio tan ruidoso como el acaecido hace un par de días.
Uno de los principales motivos que quizás haya traído un giro de 180 grados para JP Morgan en su retórica negativa de adoptar las criptomonedas, pueda ser el éxito de su homólogo HSBC en cuanto al ahorro de costos por operaciones mediante la tecnología de la cadena de bloques o Blockchain.
Ante las declaraciones de un funcionario del gigante HSBC sobre el ahorro de hasta un 25% en costos por mayor rapidez en liquidaciones de transacciones, es posible que el banco norteamericano esté buscando con su criptomoneda aumentar rentabilidades a mediano plazo.
Lo anterior de resultar exitoso podría llevar a un efecto colateral de empuje de inversionistas institucionales financieros en adoptar modelos de negocios mixtos con grandes bancos para crear un sistema de pagos criptos, aunque sea interno, permitiría en algún momento inyectar a la tecnología de la cadena de bloques y por supuesto a las criptomonedas, algo de publicidad positiva que permita beneficios a mediano plazo del cambio de paradigma del pensamiento negativo hacia Bitcoin y las criptomonedas en general.
Si a lo anterior le sumamos una posible aprobación de regulaciones claras por parte de la SEC en torno a productos de futuros o similares de Bitcoin, la inversión institucional podría ser más que positiva, extensiva. Para tener una idea, JP Morgan dice que utilizará su cripto para un comercio ‘interno’ estimado en $6 billones. El mercado cripto actual es de apenas $120 billones, muy por debajo de los $800B de hace un año.
Otro punto a considerar es que JP Morgan será un fuerte contendor para Ripple. De ser positivo su experimento, Ripple deberá demostrar que es capaz de soportar la presión y reinventar su negocio para sobrevivir. Lo anterior podría desencadenar en tres escenarios posibles:
- JPM Coin se convierte en el estándar para liquidaciones de pagos bancarios.
- JPM Coin establece un precedente para que otros bancos importantes creen sus propias criptomonedas.
- Ripple (y otros competidores) socavan a JPM Coin y los bancos difieren de usarla.
El escenario más probable es quizás el segundo si tiene éxito JP Morgan en su fase exploratoria y logra convencer a sus rivales de que ésa es la vía a seguir. Por consiguiente vendría una ola de criptos centralizadas creadas por instituciones financieras que inundarían el mercado y eventualmente su volumen de comercio.
A lo anterior coloque el escenario de que todos querrán lanzar sus tokens al público en un futuro próximo para ganar más dinero, tal como hacen la competencia actual con sus productos financieros; por lo que eventualmente tendrían que cotizar en ‘exchanges criptos’ con pares de criptos descentralizadas para lograr una mayor adopción. El resultado de la fórmula anterior es más volumen, más dinero al ecosistema, mejores precios para todas.
Por supuesto en caso de que esta opcion “2” falle, la tercera podría ser la que determine entonces lo señalado por Brad Garlinghouse sobre JPM Coin y su similitud con un artículo escrito en el 2016 sobre posibles escenarios en torno a la implementación de stablecoins centralizadas por los bancos centrales y/o privados de todo el mundo.
Dichos escenarios vaticinan que lo más probable que ocurra es lo antes expuesto: los bancos emitan su propia criptomoneda generando un caos entre ellos mismos, por lo que deberan recurrir hacer mercados entre sus activos digitales únicos o intercambiar entre sus activos digitales y una moneda cripto y/o fiduciaria común.
Allí entraría criptos como Ripple que podrían beneficiarse del momento, por llevar la delantera o cualquier otra criptomoneda que ofrezca la solución al momento indeseado.
Lo cierto es que JPM no tiene un control unilateral del mercado libre, aunque su predominio prevalece, todavía es probable que esto solo cree más competencia.
La creación de la moneda digital respaldada por un banco, especialmente de un banco tan notable como JP Morgan es realmente positiva a largo plazo para Bitcoin y el resto del ecosistema. Se mantiene firme como el reconocimiento de esta tecnología innovadora y que cambia las reglas del juego, promoviendo la legitimidad de las criptos en la industria financiera en general.