La minería Bitcoin vive uno de los momentos más cruciales de los últimos años frente a lo que parece una cruzada en su contra. Las preocupaciones han arreciado debido a la presión ejercida por grupos defensores del medio ambiente. A esto se le suman algunos episodios en Estados Unidos.
En el país norteamericano, por ejemplo, algunas empresas han intentado resucitar plantas eléctricas basadas en combustible fósil. El objetivo claro, es usar estas reliquias para la extracción de la más popular de las monedas digitales. La reacción de los grupos ambientalistas ha sido crucial en ese episodio.
El segundo de los aspectos, fueron las declaraciones del magnate de Tesla, Elon Musk, quien criticó a la minería digital. En China, por otra parte, las autoridades han llevado a cabo acciones en contra de las granjas, mientras en Irán, la actividad minera ha sido prohibida por un plazo de 4 meses.
¿Una nube negra frente al negocio de la minería Bitcoin?
Todos estos hechos, vistos en su conjunto, pueden constituirse como una tormenta perfecta contra la minería de Bitcoin. Un debate que parecía ganado por los defensores de la criptomoneda, ahora renace con un crecido interés y preocupación por la estabilidad ambiental.
Hasta hace unos años, se pensaba que las ASIC utilizadas para la minería de Bitcoin, tendrían un bajo impacto. En ese sentido, algunos estudios afirmaban que la competencia entre las fabricantes permitiría que nuevos modelos más eficientes reemplazaran a los modelos obsoletos y altamente consumidores.
Pese a un resultado que parecía lógico, llegó el bull run de Bitcoin, el cual permitió que equipos que habían sido declarados muertos, minaran nuevamente. El caso de la mítica S9 es uno de los más particulares. Tras el Halving de mayo de 2020, la máquina se convirtió en económicamente improductiva. Ahora es uno de los equipos más demandados en el mundo y su precio en el mercado de segunda mano, se ha disparado.
La S9 no es la única que ha vuelto de entre los muertos. En Venezuela, por ejemplo, donde la electricidad tiene precios muy bajos, se tienen reportes de empresas que comercian las antiguas Ebang E9 de 9.5 TH/s. El precio de las mismas en el país sudamericano ronda los 600 dólares.
Demanda creciente de energía enciende las alarmas
Esta situación ha permitido que la minería de Bitcoin se convierta en uno de los principales blancos de los ambientalistas. Debe tenerse en consideración, que los equipos más eficientes son acaparados por grandes empresas mineras. En ese sentido, el mercado se mueve prácticamente con máquinas de vieja data.
A esto se suma la crisis de escasez de chips semiconductores, los cuales son esenciales para la fabricación de los ASIC. Esto ha llevado a que los equipos más eficientes que requieren chips de 8 nanómetros hacia abajo, sean raros en los países con mayor concentración de granjas.
En medio de ese contexto, el mencionado magnate de Tesla, Elon Musk, quien tiene gran influencia en el precio de las criptomonedas, hizo su contribución. Musk criticó a la minería de Bitcoin frente a lo que él considera una fuente de contaminación para el ambiente. Asimismo, canceló la opción de adquirir sus vehículos eléctricos con Bitcoin como forma de pago.
El resultado de eso, fue la caída del precio de la criptomoneda pionera por un lado y, por el otro, la agudización del debate. Actualmente, prácticamente en todos los foros de mineros, el tema medioambiental es uno de los más sonados.
La sacudida de las autoridades chinas e iraníes
Pero si la minería de una moneda tan volátil como Bitcoin debía resistir frente a la presión pública, ahora le tocaba soportar las acciones. La primera de ella fue directa en su corazón: China. En esa nación, se concentra la mayor cantidad de granjas de minería Bitcoin del mundo y, por tanto, cualquier suceso allí impactaría a la criptomoneda a nivel mundial.
Las autoridades de China comenzaron una serie de acciones para evaluar el impacto ambiental del negocio. Esto ha provocado apagones en decenas de granjas minerías y una oleada de migración de los mineros, tanto a lo interno del país, como hacia otras regiones con mejores garantías.
En Irán, por su parte, una fuerte sequía provocó graves problemas de suministro de energía. Como respuesta ante esa crisis, las autoridades persas anunciaron la prohibición por un lapso de 4 meses de todas las actividades mineras dentro de sus fronteras nacionales.
Algunas consecuencias negativas que podría acarrear la situación actual
El negocio de la minería de Bitcoin, podría sufrir grandes daños si las acciones en su contra continúan. Muchos gobiernos indecisos con respecto a este negocio, podrían declararse en su contra para tratar de proteger el ambiente.
De esta manera, el hash rate de la criptomoneda pionera podría sufrir un desplome significativo. Al mismo tiempo, su dificultad de red continuaría bajando, haciendo a la Blockchain de Bitcoin más vulnerable ante ataques.
Como resultado en cadena de esto último, la confianza en la moneda decaería de manera dramática y su precio se vería desplomado. No obstante, es pronto para este tipo de conclusiones. Debe recordarse que Bitcoin es una moneda usada como reserva de valor por grandes empresas, las cuales harán todo lo posible por mantener con vida el negocio de la minería.
Datos a tener en consideración
- Frente a las acusaciones de dañar el ambiente, ahora la minería de Bitcoin debe resistir las acciones de los gobiernos.
- No existen pruebas contundentes que vinculen a la minería digital con daños irreparables al ambiente.
- En China se sospecha que la actividad minera puede entorpecer los planes ecológicos de las autoridades.
- En otros países, como Irán, las autoridades arrecian acciones punitivas contra los mineros.
- El hashrate y la dificultad de minado han sufrido debido a las acciones de Pekín en contra de las granjas de minería Bitcoin.