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El precio más bajo desde 2021: señales de alarma para la economía.
El crudo estadounidense West Texas Intermediate (WTI) cayó por debajo de los 60 dólares por barril, alcanzando su nivel más bajo desde abril de 2021. Esta caída, registrada el domingo por la noche, reflejó una disminución de más del 3%, situando el precio por los 59,69 dólares. La tendencia bajista no es nueva: la semana anterior ya se había registrado una pérdida acumulada del 6%.
Este desplome genera una fuerte preocupación en los mercados energéticos y financieros. La causa principal: el temor creciente a una recesión provocada por nuevos aranceles globales impulsados por el gobierno del presidente Donald Trump. Las políticas comerciales han comenzado a tener un impacto directo en la percepción de estabilidad económica tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo.
Aranceles y recesión: una conexión peligrosa
Los analistas señalan que la implementación de aranceles podría provocar un encarecimiento de los costos para las empresas.
Esto, a su vez, reduciría la actividad económica y afectaría la demanda de petróleo. En otras palabras, si las compañías pagan más por importar insumos, podrían recortar sus gastos, disminuir la producción y limitar contrataciones. Todo esto se traduce en una menor necesidad de energía.
JPMorgan, uno de los principales referentes financieros del mundo, ha advertido sobre esta situación. Según la firma, los aranceles que entrarán en vigor esta semana podrían empujar a Estados Unidos, e incluso al mundo, hacia una recesión antes de que termine el año.
De hecho, la entidad aumentó la probabilidad de una recesión del 40% al 60% tras el anuncio de los aranceles.
Impacto global y perspectivas a corto plazo
El petróleo es uno de los activos más sensibles a los cambios macroeconómicos.
Su precio suele anticipar lo que los inversionistas y analistas esperan del crecimiento económico. Por eso, una caída tan abrupta del WTI se interpreta como una señal de alerta para los próximos meses.
Si las tensiones comerciales se agravan, el precio del crudo podría seguir bajando. Esto afectaría no solo a las grandes petroleras, sino también a las economías dependientes de la exportación de energía. Además, una demanda debilitada podría tener consecuencias en el empleo y en la inversión en el sector energético.
Conclusión: incertidumbre y vigilancia constante
La caída del precio del crudo estadounidense por debajo de los 60 dólares refleja un momento de alta incertidumbre económica.
Las políticas arancelarias están generando efectos inmediatos en los mercados, y el temor a una recesión se fortalece con cada nuevo anuncio.
Los próximos días serán clave para observar cómo reaccionan los mercados y si se confirma una tendencia a la baja más prolongada. Mientras tanto, empresas, gobiernos e inversionistas deben mantenerse atentos y preparados ante un escenario que podría cambiar rápidamente.
