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En diversas ocasiones hemos expuesto cómo la Inteligencia Artificial ha comenzado a ingresar en el mundo de la medicina. Particularmente hemos tratado las plataformas que ayudan a diagnosticar a un paciente. Sin embargo, en esta ocasión traemos el primer caso para el apoyo en medicamentos. Destacando que será la primera droga creada por IA probada por personas.
Mentes Artificiales creadoras
Se debe destacar que no es la primera vez que una IA promueve una nueva teoría o forma de manejar una tarea. Estas plataformas ofrecen un apoyo importante para los investigadores en la física y química, ayudando en ampliar su visión. Incluso las IA han permitido tener una mejor comprensión del universo, desde su composición hasta el estudio del espacio.
Por lo cual, la idea que una IA crease una nueva droga no parece descabellado. Sin embargo, la importancia recae en que en los estudios teóricos un mal cálculo sólo implica comenzar desde cero. Si se equivocan en los cálculos de una nueva droga, pueden impactar en la vida de una persona.
Exscientia
El nuevo compuesto de la droga, que ha sido diseñado para tratar pacientes con trastorno obsesivo compulsivo, fue desarrollado por Exscientia, una empresa de IA con sede en Oxford, en colaboración con la firma farmacéutica japonesa Sumitomo Dainippon Pharma.
En una aceleración brusca del camino típico hacia el desarrollo de fármacos, que puede llevar unos cuatro años y medio, el compuesto diseñado por IA llegó al punto de entrar en ensayos clínicos en solo 12 meses.
«El diseño y desarrollo de moléculas a través de la química medicinal siempre ha sido un proceso lento y laborioso», dijo Sir John Bell, profesor de medicina Regius en la universidad de Oxford, que no participó en la investigación. “Exscientia puede hacer esto en muchos menos pasos, lo cual es realmente impresionante, y proviene de principios científicos muy sólidos. Creo que son un activo real para tener en el Reino Unido».
La plataforma de IA de Exscientia utilizó un conjunto de algoritmos para decidir la mejor estructura química para el nuevo compuesto. Juntos, los algoritmos pudieron generar decenas de millones de moléculas potenciales, examinar a los candidatos y tomar una decisión sobre cuáles sintetizar y probar.
«La IA puede aprender más rápido que los enfoques convencionales, por lo que tuvimos que fabricar y probar solo 350 compuestos, una quinta parte del número normal de candidatos compuestos, que es la productividad récord», dijo Andrew Hopkins, director ejecutivo de la puesta en marcha. Y un biofísico molecular. «Los algoritmos… Se pueden aplicar a cualquier objetivo farmacológico, contra una gran variedad de enfermedades en oncología, enfermedades cardiovasculares y raras».
