Muchas personas asocian criptomonedas únicamente con actividades delictivas. Financiamiento del terrorismo, compra y venta de drogas o armas, fraudes, robos, estafas y lavado de dinero son los principales delitos con los que relacionan a las monedas digitales.
Sin embargo, se ha demostrado que estos crímenes son mayormente realizados con dinero fiduciario y por instituciones familiares; como el reciente caso de lavado de dinero por parte del banco más grande de Dinamarca.
El Danske Bank, el banco danés más grande, ha informado que en una investigación se descubrió que su sede en Estonia aparentemente fue usada por empresas rusas y de otros antiguos miembros de la Unión Soviética para el lavado de dinero.
Se cree que esto ha ocurrido desde hace más de 10 años, y que entre 2007 y 2015 se pudieron haber “blanqueado” más de 150.000 millones de dólares. Todo apunta a que la mayoría de estos fondos provenían de fuentes ilegales, pero, como también están involucradas fuentes legítimas, aún no se puede confirmar esta teoría.
La investigación de la institución bancaria lleva varios meses en proceso. El año pasado, medios daneses aseguraron que la legitimación de capitales se encontraba alrededor de 3.900 millones de dólares, pero a inicios de julio la cifra se posicionó ente los 8.000 y 9.000 millones de dólares. Más tarde, a principios de este mes, se reveló que la suma podría haber aumentado a 30.000 millones de dólares.
“Como hemos comunicado previamente, está claro que los problemas relacionados con la cartera eran más grandes de lo que habíamos anticipado anteriormente”, declaró el presidente del Danske Bank, Ole Andersen.
Así mismo, Thomas F. Borgen, CEO del banco, también declaró que “todavía es demasiado pronto para sacar conclusiones sobre el alcance de los problemas, ya que las investigaciones exhaustivas sobre el tema aún están en curso”, reporta Bitcoin News.
“Sin embargo, está claro que no cumplimos con nuestros propios estándares o las expectativas de la sociedad en general cuando se trataba de evitar que nuestra sucursal en Estonia fuera utilizada para actividades potencialmente ilegales en el momento en que se llevaban a cabo estas transacciones”.
En Estonia, una persona puede enfrentar hasta diez años de cárcel por participar en actividades relacionadas con la legitimación de capitales. Por su parte, una empresa puede ser sancionada con una pena máxima de 16 millones de euros.
Los directivos del banco, aseguraron que investigarían y renunciarían a cualquier ingreso de transacciones sospechosas que se realicen en su sucursal de Estonia, y este dinero sería donado en beneficio de la sociedad. Se podría decir que este es el intento del Danske Bank por, de alguna manera, compensar a la población de Estonia debido a los daños causados.
Y así como este, existen muchos otros casos que relacionan al sistema bancario con crímenes, como lo sucedido hace unos años con los famosos “Panamá Papers”. Sin embargo, las entidades reguladoras insisten en ir contra las criptomonedas en lugar de investigar al foco de las actividades delictivas desde hace décadas: la banca tradicional.
Es sencillo ir tras lo nuevo, ya sea porque no se conoce o por miedo a lo desconocido. Esto no quiere decir que las monedas digitales sean perfectas; sin embargo, los delitos con los que son relacionadas son propios de las monedas fiduciarias y del sistema bancario tradicional.