La tecnología blockchain se ha ganado el respeto y admiración de diferentes sectores, empresas y naciones en todo el mundo. La variedad de usos que tiene la cadena de bloques y que ofrece a quienes la emplean, han hecho que cada vez más compañías la adopten, tanto en sus estructuras como en sus operaciones.
Sin embargo, con el Bitcoin es otra historia. El anonimato, su uso para crímenes, lavado de dinero y otras actividades ilegales, han generado una gran desconfianza hacia las criptomonedas; en algunos casos, a tal punto de llegar a prohibir su uso.
Muchos países han decidido aplicar fuertes medidas de regulación para enfrentar el auge de las monedas digitales, por considerarlas peligrosas para los usuarios y una amenaza para sus economías y sistemas financieros.
Uno de los sectores que se ha mostrado más reacio hacia la adopción de las criptomonedas es el bancario. La banca, en diversas oportunidades y en distintas latitudes, tiene una posición bastante firme en contra de las monedas digitales.
Los principales representantes de este sector, aseguran que las criptomonedas facilitan la realización de actividades ilegales al ser anónimas y no estar controladas por ninguna entidad financiera. Además, debido a su volatilidad, son considerados activos de alto riesgo.
Nordea, el mayor banco del norte de Europa, prohibió a sus casi 31.000 empleados que tengan o comercialicen con las monedas digitales. Danske Bank y Bank of America han advertido a sus usuarios sobre los peligros que representan las criptomonedas. Scotiabank suspendió las cuentas de varios exchange que se especializaban en cambiar criptomonedas por moneda fiduciaria.
Así mismo, en países como India, Irán y Pakistán, los Bancos Centrales han prohibido cualquier transacción con monedas digitales. Recientemente, la banca española también mostro su desaprobación hacia las criptomonedas.
Por otra parte, la posición de la banca con blockchain es bastante más amigable. Los principales representantes del sector admiten que la cadena de bloques puede representar una mejora para el sistema financiero en general, haciendo que los procesos sean mucho más rápidos y seguros.
Aunque blockchain consiguió su popularidad por ser la base de las criptomonedas, esta tecnología tiene muchos otros usos. Desde mejorar los sistemas de envíos, legalizar documentos, rastrear diamantes hasta promover educación de calidad, cuentan entre las otras funciones de la cadena de bloques.
La banca, algo reacia a las nuevas tecnologías, considera que si bien blockchain es una buena iniciativa con un gran potencial, aún le falta desarrollarse un poco más.
Visto desde el otro bando
La opinión de los defensores de las criptomonedas con respecto a la posición de la banca es bastante unánime. La mayoría cree que este sector se muestra tan reacio a las monedas digitales porque estas representan un peligro para la existencia de los bancos.



La función principal de un banco es fungir como intermediario; pero con las criptomonedas estos no son necesarios. Las transacciones con monedas digitales utilizan peer-to-peer (P2P), que permite el intercambio directo de archivos entre pares.
Leif Ferreira, fundador de bit2me, una web española dedicada a la compra y venta de Bitcoin, cree que los bancos se muestran renuentes hacia las criptomonedas porque estas pueden perjudicarlos. También añadió que las monedas digitales “no dejan de ser un uso más de la tecnología”, según informa El Economista.
Aunque varios expertos han sugerido que la banca debe adoptar las nuevas tecnologías, como blockchain, para poder sobrevivir a los nuevos tiempos, muy pocas compañías han adoptado estos consejos.
Entonces, ¿la banca sobrevivirá a la era Bitcoin? Será la competencia de mercado quien determine qué modelo prevalecerá: el digital o tradicional.