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Según un reciente estudio de la «Universidad de Turku» en Finlandia, la inteligencia artificial (IA) puede detectar e interpretar rasgos sociales entre personas a partir de imágenes y videos con una fiabilidad cercana a la de los humanos.
Las personas evaluamos el comportamiento de los demás de forma casi instantánea. De manera similar, la inteligencia artificial ha avanzado hasta el punto en que modelos como «ChatGPT» de «OpenAI» pueden analizar y describir lo que ocurre en imágenes y videos.
Sin embargo, aún no estaba claro si las capacidades interpretativas de la IA se limitaban a detalles fácilmente reconocibles o si podían abarcar información social compleja. Por este motivo, investigadores del «Centro PET» de Turku estudiaron la precisión con la que el modelo de lenguaje ChatGPT puede evaluar interacciones sociales.
En el experimento, el modelo evaluó 138 rasgos sociales diferentes a partir de imágenes y videos, contrastándolos con más de 2.000 evaluaciones realizadas por personas. Estos rasgos incluían expresiones faciales, movimientos corporales y características de la interacción social, como cooperación u hostilidad.
Los resultados mostraron que las evaluaciones de ChatGPT fueron «muy cercanas» a las realizadas por humanos. Además, según los investigadores, la IA arrojó resultados más consistentes que los de un individuo promedio.
«Dado que la evaluación de ChatGPT de las características sociales era en promedio más consistente que las de un participante individual, sus evaluaciones podían confiarse incluso más que en las realizadas por una sola persona. No obstante, las evaluaciones de varias personas juntas siguen siendo más precisas que las de la inteligencia artificial», expresó Severi Santavirta, investigador postdoctoral de la Universidad de Turku.
La inteligencia artificial podría revolucionar las investigaciones científicas
En una segunda fase, los investigadores usaron las evaluaciones de IA y de humanos para modelar las redes cerebrales de percepción social mediante imágenes cerebrales funcionales.
Antes de observar lo que ocurre en el cerebro humano al ver videos o imágenes, es necesario contar con evaluaciones de las situaciones sociales que representan, y en este punto la IA se mostró como una herramienta útil, según la Universidad de Turku.
«Los resultados fueron sorprendentemente similares al mapear las redes cerebrales de percepción social basándonos en ChatGPT o en las evaluaciones sociales de las personas», indicó Santavirta.

El estudio, publicado en la revista sin fines de lucro «Imaging Neuroscience», sugiere que la IA puede ser una herramienta práctica para experimentos neurocientíficos a gran escala, donde interpretar secuencias de video en paralelo con imágenes cerebrales implica un enorme esfuerzo humano. La inteligencia artificial permite automatizar este proceso, reduciendo costos y acelerando de forma significativa la investigación.
«Recopilar evaluaciones humanas requirió el esfuerzo de más de 2.000 participantes y un total de más de 10.000 horas de trabajo, mientras que ChatGPT produjo las mismas evaluaciones en tan solo unas horas», señaló Santavirta.
Las múltiples aplicaciones de la IA
Aunque el estudio se centró en los beneficios de la IA para la investigación de imágenes cerebrales, los resultados sugieren que también podría aplicarse en otros ámbitos científicos y prácticos.
La evaluación automática de situaciones sociales a partir de secuencias de video podría ayudar a médicos y enfermeras a monitorear el bienestar de los pacientes en hospitales. Asimismo, la IA podría analizar la recepción del marketing audiovisual por parte del público objetivo o anticipar situaciones anómalas detectadas por cámaras de seguridad.
«La IA no se cansa como un humano, sino que puede monitorear situaciones las 24 horas del día. En el futuro, la monitorización de situaciones cada vez más complejas probablemente pueda dejarse en manos de la inteligencia artificial, lo que permitirá a los humanos concentrarse en confirmar las observaciones más importantes», afirmó Santavirta.
Este trabajo va más allá de un simple avance en la investigación científica: refleja el potencial de la inteligencia artificial como una herramienta versátil e incansable.
En un futuro cercano, la capacidad de la IA para observar y evaluar situaciones complejas de manera continua podría transformar desde la atención médica hasta la seguridad pública, abriendo paso a una nueva era de descubrimientos e innovaciones tecnológicas.

















