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Este miércoles concluyó la reunión de julio del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal. Tal como se esperaba, el banco central estadounidense mantuvo la tasa de interés sin cambios en la franja de 4.25% a 4.5%. Sin embargo, a pesar de que todo parece igual, se evidenció una fractura en la línea de la Fed.
Dos miembros clave del FOMC, Christopher Waller y Michelle Bowman, manifestaron su deseo de que se produzcan recortes de tipos. Como se puede notar, se trata de un ambiente de enorme interés, el cual se complementa con la activa presión del presidente Donald Trump.
Según se conoció en el reporte de la reunión, los miembros del comité votaron por 9 a 2 mantener la tasa sin cambios. Ahora la máxima atención se centra en las próximas declaraciones de los dos mencionados funcionarios, que parecen marcar distancia de la visión predominante de Powell dentro del FOMC.
Para tener una idea de la magnitud de la división, se debe considerar que es la primera vez que más de un funcionario vota en contra de una decisión de política monetaria.
El otro elemento de relevancia que rodeó la reunión del FOMC fue la conferencia de prensa del presidente de la Fed, Jerome Powell. En sus palabras a los medios de comunicación, el funcionario confirmó la decisión de mantener la tasa de interés sin cambios.
Powell defiende la postura de no recortar la tasa de interés
Siguiendo la cobertura de CNBC, el presidente de la Fed destacó varios puntos de interés sobre la reciente decisión de dejar sin cambios los tipos. Concedió que hubo un enfriamiento en el crecimiento y en el consumo minorista. Sin embargo, insistió en la fortaleza del mercado laboral y destacó que la inflación muestra persistencia. Esta habría sido una razón para mantener sin cambios la tasa de interés.
Ante la interrogante de recortes de tipos en septiembre, aclaró que todo dependerá de los datos e insistió que la Fed no toma decisiones de antemano. «Se recibirán dos rondas completas de datos de empleo e inflación antes de la reunión de septiembre. No hemos tomado ninguna decisión sobre septiembre. No lo hacemos con antelación. Tendremos en cuenta esa información al tomar la decisión sobre la reunión de septiembre», subrayó.
Por otro lado, se refirió a la fractura del FOMC, en la que dos miembros (Waller y Bowman) votaron en contra de mantener la tasa de interés. «Creo que, básicamente, fue una buena reunión en la mesa redonda. La gente reflexionó detenidamente sobre esto y expuso sus posiciones».
Explicó que aún estamos en etapas tempranas respecto al impacto de los aranceles, que generan alrededor de $30 mil millones de dólares mensuales. Agregó que la Reserva Federal monitorea empíricamente cómo y cuándo estos aranceles afectarán los precios al consumidor, anticipando un avance gradual y prolongado.
Impacto en los mercados financieros
Las palabras de Powell y el ambiente de fractura que rodeo la reunión no sentaron bien en los mercados financieros. En su mensaje a los medios, Powell aseguró que lo más conveniente en este momento es mantener una política «moderadamente restrictiva».
Esto último generó cierto malestar entre los inversores, sobre todo por la afirmación de que la solidez de la economía da la impresión de que no está bajo una política restrictiva. Esto último va en contra del clamor del presidente Trump, quien considera que se deben aplicar recortes radicales para estimular el crecimiento económico.
Sobre la presión de Trump, Powell remarcó la importancia de la independencia del banco central. «Esto evita que la tasa de interés se use con fines electorales, una tentación que se debe evitar. Por eso, muchos gobiernos mantienen cierta distancia entre control político y los responsables de política monetaria, valorando mucho esta independencia».
Al cierre de la conferencia de prensa, los principales índices de Wall Street retroceden perceptiblemente. Una situación similar se presenta con las criptomonedas, las cuales pierden un 2% en capitalización de mercado en 24 horas. El Bitcoin lucha por mantenerse encima de $116k.
Mientras tanto, el dólar se impone sobre las principales divisas de mercados desarrollados. El oro pierde un 1.53% y se repliega hasta los $3.329 por onza.
