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La dificultad es uno de los elementos más importantes en el mundo de la minería de Bitcoin. Este mecanismo automático se puede considerar un elemento fundamental que soporta gran parte de la estabilidad dentro del mundo de las criptomonedas. Sin exagerar, se puede decir que si ella el mercado cripto, tal como es conocido actualmente, no sería posible.
En este trabajo se repasa el papel que juegan los ajustes de la complejidad en los ingresos y las ganancias de los mineros digitales. El hecho de garantizar el equilibrio en el procesamiento de bloques hacia la red hace que la dificultad esté estrechamente ligada a cómo y cuando ganan los mineros.
Con estos datos iniciales en consideración, se puede tener una idea de la importancia de este ajuste, el cual nunca recibe la atención que merece. De hecho, se puede considerar como uno de los elementos a tener presente al momento de operar trading de Bitcoin, pero ese es otro cuento. Antes de analizar el impacto en la rentabilidad, vale la pena dar un repaso a qué es la complejidad o dificultad en la blockchain de Bitcoin.
¿Qué es la dificultad de la minería de Bitcoin?
Dentro del mundo de la minería de Bitcoin se conoce como dificultad a la medida computacional que se requiere para procesar bloques de transacciones. En palabras simples, minar un BTC no es fácil para las computadoras que se dan a esa tarea. En consecuencia, la red obliga a las ASIC a emplearse en mayor o menor medida para resolver complejos problemas que permiten procesar un bloque.
Esta idea de «¿quieres BTC?, pues gánatelo», permite a los mineros transformar energía en valor o capital. Esta es una parte fundamental de la naturaleza de Bitcoin. De tal manera, para generar ₿3.125 bitcoins (eso paga la red por cada bloque) se requiere que uno o un grupo determinado de mineros una fuerza computacional.
Este intercambio de poder informático/energía (o hashrate) por bitcoins es básicamente lo que se conoce como dificultad de la red. Hasta aquí todo bien. Lo siguiente es que esa dificultad tiende a ser variable. Aunque a veces baja, lo normal es que el nivel de complejidad de la minería de Bitcoin aumente a medida que pasa el tiempo. ¿Cuál es el secreto de que esta sed de poder informático de la red sea cada vez más fuerte? La respuesta es más simple de lo que se cree.
La dinámica de los cambios de complejidad
Al paso que se unen más mineros a la red, el poder computacional global crece y entre todos minan más rápido los bloques. La red está programada para que los bloques se minen cada 10 minutos aproximadamente. Así, cuando la red detecta que los mineros sacan bloques, por ejemplo, cada 7 minutos, reacciona y aumenta la dificultad. Ahora, esa mayor cantidad de mineros la tendrán más difícil y tardarán más tiempo en procesar bloques.
En la otra dirección, cuando los mineros abandonan, la red detecta que tardan mucho más de 10 minutos, entonces afloja su exigencia de cómputo. Este cambio de complejidad se produce de manera automática cada 2016 bloques o dos semanas aproximadamente.
El equilibrio que aporta a la red consiste en que controla la emisión o salida de nuevas monedas al mercado. Asimismo, garantiza que el negocio minero se prolongue en el tiempo hasta el año 2140. Al mantener a raya el flujo de liquidez al mercado, contribuye de manera enorme a la dinámica deflacionaria de todo el mercado de criptomonedas.
Esto último considerando que de los movimientos de Bitcoin dependen los precios de todas las monedas alternativas. Por eso no es exageración decir que de la dificultad de la minería de Bitcoin depende el mercado cripto.
El impacto en la rentabilidad del negocio minero
Con esto queda claro el hecho determinante de que la dificultad aumenta cuando hay más mineros y baja cuando hay menos mineros. Lo siguiente es repasar cuál es el impacto de esto en la industria minera. En este punto no hay mayores secretos y se requiere volver al concepto de deflación (y aceptar la veracidad de la ley de oferta y demanda).
Como ya se dijo, la tendencia general histórica del aumento de la dificultad limita la entrada de nuevas monedas al mercado. Sin aumento de la complejidad, ya todos los 21 millones de BTC se habrían minado hace años. No obstante, mantener el rango de 10 minutos por bloque permite que los halvings se produzcan correctamente cada cuatro años (210.000 bloques).
Con esta perspectiva, el ciclo del precio histórico se cumple a cabalidad, lo que facilita a las empresas de minería de Bitcoin preparar sus esquemas y estrategias de negocio. En tanto, la limitación de la emisión del halving hace que la oferta en el mercado sea menor. Esto último se traduce en menos monedas que salen de la red para un número creciente de inversores.
El resultado final de todo este equilibrio es que el precio de BTC también adquiere una tendencia general alcista. En conclusión, los ajustes al alza de dificultad pueden perjudicar la rentabilidad de las empresas en el corto plazo. Pese a ello, en el camino largo son la base de las ganancias futuras.

















