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El año que termina estuvo caracterizado por un fuerte invierno que se extendió durante meses en el sector DeFi. Sin embargo, la segunda mitad marcó un notable cambio de tendencia con el inicio de un proceso de recuperación que todavía está en marcha.
En 2024, el ritmo de recuperación continuará a buen paso, o al menos eso parece indicar el actual ambiente en todo el mercado de criptomonedas. Asimismo, se espera que continúe el constante proceso de evolución de las finanzas descentralizadas. Este último se encuentra condicionado por algunos elementos como las pruebas regulatorias.
Es importante tener en consideración que las regulaciones serán fundamentales a la ahora de abrir la puerta a capitales institucionales y a la tokenización. A pesar de que el impacto de los reguladores podría contradecir los principios básicos de las DeFi, el mismo se hace cada vez más necesario. Sin un marco regulatorio, los protocolos corren el riesgo de convertirse en islas muy atractivas para criminales.
En consecuencia, 2024 podría convertirse en un año de experimentos regulatorios decisivos para el futuro a largo plazo del sector. El empuje de un posible mercado alcista en el mundo cripto podría acelerar los intentos de establecimiento de regulaciones. Un hecho fundamental de todo esto, es que todavía no está claro cómo se regularán algunos de los ecosistemas más descentralizados.
El futuro inmediato en el ecosistema DeFi
Luego de todo el recorrido del sector de las DeFi hasta ahora, debe decirse que todavía le faltan piezas en su engranaje. Como ya se resaltó, la regulación es la más sobresaliente. No obstante, en algunas jurisdicciones como la Unión Europea y el Reino Unido ya se están dando algunos pasos experimentales en esa dirección.
En marzo de este año, se lanzó desde Bruselas una prueba piloto denominada DLT y en Londres se dieron pasos similares. De estos dos mercados desarrollados depende en gran medida el futuro inmediato de las finanzas descentralizadas. Un aspecto a destacar es que las condiciones macroeconómicas se podrían constituir como elementos ralentizadores de los experimentos regulatorios.
En todo caso, la afluencia de capitales institucionales y la tokenización de activos como bienes raíces están sujetos al éxito de esto. De igual modo, no se puede hablar de una integración de las DeFi con las CeFi si no existe un marco regulatorio claro.
De tal manera, mientras ese es el desafío para 2024, la otra cara presentará un sector en recuperación. El TVL y el volumen de comercio en los protocolos del sector DeFi podría igualarse o superar los altos de 2021. Claro está que todo esto depende de que el amplio mercado cripto entre en un bull-run.
Sin embargo, todo ese ambiente sería nocivo, dado que mientras no existan reglas, arrastrarán los habituales problemas. Entre estos lastres se cuentan los estafadores, los proyectos fraudulentos y una descuidada gestión de riesgo.
