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A finales del pasado mes de agosto, el CBECI de Cambridge rectificó su modelo de medición de consumo de energía en la minería de Bitcoin. Según un investigador de ese centro, consultado por medios especializados, la medición fue notablemente exagerada durante los últimos años.
Esto se convierte en una gran conquista para el negocio minero, el cual es uno de los más atacados por parte de lobbies ambientalistas. Desde hace años, la industria minera es martirizada bajo la acusación de contaminación por medio de emisiones de carbono.
Aunque numerosos estudios explican que más de la mitad del consumo de las empresas mineras viene de fuentes renovables, el negocio es visto con recelo. Ahora, la narrativa del consumo excesivo parece recibir un golpe notable con el cambio de modelo por parte del CBECI.
¿En qué consiste el cambio de Cambridge con respecto a la minería de Bitcoin?
Para el experto de Cambridge, Alexander Neumüller, la minería de Bitcoin no es el monstruo consumidor que se solía pensar. El investigador reconoció que el modelo antiguo exageró el consumo real al asumir de manera mecánica un gasto uniforme de todos los equipos mineros.
En otras palabras, las máquinas anteriores, como la S9, eran menos eficientes en la relación de poder informático y consumo. Esa relación hizo que algunos modelos de ASIC se hicieran improductivas para las grandes empresas mineras. De igual manera, las compañías dan un período de 5 años de vida útil para reemplazar los equipos.
Estos elementos llevaron a que equipos más eficientes sustituyeran a los viejos, lo que marca una tendencia decreciente del consumo. Asimismo, ese menor consumo no interfiere con el crecimiento del poder de cómputo global del sector minero. En ese sentido, la industria minera es claramente una que cumple los estándares ESG, según expertos.
De cualquier manera, el asunto con la medición de consumo es que medía de acuerdo al patrón de los equipos que prácticamente desaparecieron. La nueva adaptación de Cambridge es mucho más acorde a la realidad de la industria de la minería de Bitcoin de hoy, comenta Neumüller.
Los números reales del negocio minero
Considerando los cambios que se proyectaron en el modelo del CBECI, se debe considerar que el negocio minero va por buen camino. En consecuencia, el antiguo modelo arroja que el consumo eléctrico del sector en 2021 era de 104 teravatios por hora (TWh).
Con los ajustes del nuevo modelo, se conoce que el consumo real fue de 89 TWh, lo que representa un diferencial de 15 TWh. Este cambio ya tiene importantes repercusiones en el mundo financiero y probablemente también las tendrá en lo político. Uno de los primeros en reaccionar fue el banco JPMorgan Chase.
El gigante financiero, como respuesta al ajuste del CBECI, bajó la estimación del costo de minado de 1 BTC. Basado en datos del viejo modelo, el prestamista ubicaba en $21.000 dólares el costo de generación de un token BTC. Con el nuevo ajuste, el precio se redujo a $18.000 dólares.
El hecho de que Cambridge reconozca que la minería de Bitcoin es menos consumidora de energía de lo que se supone, es un gran alivio para el sector. Es importante considerar que las nuevas máquinas tienen un consumo mayor de energía por unidad en comparación con las anteriores.
Por ejemplo, las S9 de Bitmain de 2018 consumen aproximadamente 3 veces menos que las S19 XP Hydro. Pero en poder de cómputo la relación es abismal con 13,5 TH/s las primeras y más de 260 TH/s las segundas.
Estas características llevan a que las empresas desechen las primeras sin pensarlo, haciendo el negocio menos consumidor.

















