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El riesgo que supone poner el dinero a trabajar con el fin de generar un ingreso adicional, es uno de los principales miedos que tienen las personas que se plantean mover su dinero y no dejarlo guardado en la cuenta del banco. Por eso, invertir (y que todo vaya bien) no es tarea fácil.

Según la firma de investigación de inversiones Morningstar, poner dinero en inversiones que hacen el bien está creciendo en popularidad. La cantidad de fondos sostenibles ha aumentado a 351 en 2018, mientras que los activos en esas estrategias alcanzaron los $ 161 mil millones.

Así que, los fondos que le permiten invertir con el objetivo de ayudar simultáneamente al mundo, utilizando una ESG, SRI o una estrategia de impacto, están creciendo. Los términos ESG, SRI e inversión de impacto no son intercambiables, aunque pueden sonar similares.

La inversión socialmente responsable y la inversión de impacto usan métodos de detección que pueden ser algo limitados; mientras que un enfoque ESG activo e integrado puede ser mucho más flexible y permitir el acceso a un conjunto de oportunidades más amplio.

Los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG por sus siglas en inglés) son cada vez más reconocidos como factores determinantes clave en el éxito o el fracaso de las empresas de todo tipo. Los inversores también están prestando más atención a los factores ESG porque incorporarlos en las decisiones de inversión puede ayudar a administrar el riesgo y generar retornos más sostenibles a largo plazo.

SRI, o inversión socialmente responsable, permite a los inversionistas alinear sus inversiones con sus valores.

La inversión de impacto también pone dinero detrás de ciertos valores. Pero, a diferencia de las estrategias de ISR, eso significa poner dinero detrás de las compañías que están haciendo algo positivo para resolver los desafíos ambientales o sociales del mundo.

Otra área a la que los inversionistas desean prestar mucha atención es, si un administrador de fondos tiene una estrategia para comprometer a las empresas a mejorar sus prácticas. Los inversionistas deben preguntar a los administradores de fondos sobre sus enfoques para votar por poderes y plantear problemas a la administración de la compañía.

Al invertir con estrategias especiales, a menudo hay gastos adicionales. Y eso también se aplica a ESG, SRI o inversiones de impacto.

Costará más invertir en este tipo de estrategias, porque debe pagar para que alguien haga la investigación sobre las compañías subyacentes.

Así que lo mejor será que te informes en qué vas a invertir  y, sobre todo, conocer sus riesgos y los mecanismos con los que funciona el mercado, asimismo, determina el objetivo de inversión, la tolerancia de riesgo y qué tipo de perfil estás buscando. Por otra parte, diseña tu estrategia de inversión y repara en que sea compatible con tus objetivos.

Lo positivo para los inversionistas que están interesados ​​en poner su dinero donde están sus valores es que no significa necesariamente que verá menos ventajas.

La cantidad que invierte en ESG, SRI o inversiones de impacto debería reducirse a dos objetivos: diversificar su cartera y pensar a largo plazo. Piensa y actúa de forma independiente. Puedes consultar a mucha gente, pero al final la decisión de qué hacer con tu dinero es tuya.

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