El 14 de diciembre de 1503, nacía en Saint-Rémy-de-Provence, al sur de Francia, quien luego sería conocido como el más grande vidente que haya conocido el mundo hasta ahora, Michel de Nôtre-Dame.
Han pasado ya 514 años desde aquél entonces, y ríos de tinta se han empleado en escribir acerca de Nostradamus, como se le conoces generalmente a este enigmático personaje.
Epidemias, terremotos, guerras, inundaciones, asesinatos, sequías, batallas y otros, por demás, infelices acontecimientos son los temas que ocupan las llamadas profecías reveladas por este médico, teúrgo y astrólogo francés que, según cuenta la leyenda, tenía el poder conocer de antemano hechos venideros.
Según sus estudiosos, Corea del Norte, Estados Unidos y su presidente, Donald Trump, así como el papa Francisco, figuran entre los protagonistas de las predicciones del profeta galo a partir del año 2018.
Terremoto y erupción
“Sol veinte de Tauro tan fuerte tierra tiembla. El gran teatro repleto arruinará. El aire, cielo y tierra, oscurecidos y perturbados, cuando al infiel, Dios y santos, arrollarán”, escribió el astrólogo en una de sus cuartetas. Este fragmento haría referencia a un supuesto terremoto que tendría lugar en Estados Unidos.
La catástrofe, que se cree sería provocada por la falla de San Andrés, ocurriría el próximo 11 de mayo. Esto, porque el signo de Tauro comienza el 21 de abril, y a partir de esa fecha habría que contar 20 días, dando como resultado el día 11 de mayo.
Por si fuera poco, Nostradamus también habría predicho una nueva erupción del volcán Vesubio, en Italia, la cual sería la peor de la historia y provocaría una pérdida enorme de vidas humanas.
La muerte del Papa
Esta ha sido una de las profecías más comentadas en los últimos años. Según los estudiosos de estos textos, el papa Francisco sería el último líder de la Iglesia Católica, lo que implicaría su muerte inminente.
De hecho, en agosto de 2014, el propio pontífice hizo unas inquietantes declaraciones al afirmar que le quedaban “dos o tres años de vida”. “Intento pensar en mis pecados, en mis errores, para no enorgullecerme, porque sé que durará poco tiempo. Dos o tres años. Y después, ¡a la Casa del Padre!”, dijo el Papa en su momento a la AFP.
Las Torres Gemelas
Al visionario francés se le atribuye el haber predicho, entre otros eventos, el gran incendio de Londres, que tuvo lugar en 1966, o el ataque a las Torres Gemelas, ocurrido el 11 de septiembre de 2001 en la ciudad de Nueva York.
En su cuarteta 97, Nostradamus escribe: “Desde los cuarenta y cinco grados, el cielo arderá “, haciendo referencia al ángulo en el cuál el mundo observó descender, por los medios televisivos, a uno de los aviones en su curso hacia las torres. Luego escribe: “En un instante, se alzará una gran llamarada que les someterá a una prueba extrema”, aludiendo al momento en que la segunda nave se estrella contra la torre sur del World Trade Center, generando una gigantesca bola de fuego.
También el Bitcoin
Hace unos años, en 2015, uno de sus admiradores, el usuario de Reddit viper2097, parece haber encontrado en las cuartetas de Nostradamus lo que podría ser considerarse como la “Profecía del Bitcoin”.
“¡Ay!, ¡cómo veremos a una gran nación con graves problemas, y la santa ley en completa ruina! El cristianismo (gobernado) a través de otras leyes, cuando se descubre una nueva fuente de oro y plata”, recita el profeta en el verso 53 de su primera centuria.
No existe nada mejor para encontrar algo que el deseo de quererlo hallar, de modo que viper2097, quien quiera que sea, enlazó éste y otros versos para elaborar lo que sería la comidilla entre los criptofanáticos y también entusiastas del astrólogo.
Como expresa Brian Dunning, creador del podcast Skeptoid:
“Las traducciones ambiguas y erróneas, las interpretaciones creativas, las falsificaciones, cuentas falsas y los códigos secretos contribuyen enormemente a generar una enorme cantidad de teorías que hacen más grande la leyenda de Nostradamus”.
No más impuestos
Otra de las célebres profecías de Nostradamus es la que, supuestamente, dice que «(…) los impuestos serán abolidos. La gente se negará a pagar impuestos al rey (…)».
Sus partidarios podrán decir que acertó, porque las pocas casas reales que quedan en el mundo ya no cobran impuestos. En aquellos días la gente común era esquilmada con impuestos por todos lados. Había que pagarlos al rey, al señor de la tierra, al conde, al marqués y a cualquiera que lo tuviera a uno bajo su dominación.
De hecho, fue el abuso con los impuestos uno de los detonantes de la gran revolución que estalló en Francia, su país natal, poco más de 200 años después de que él muriera.