Un medio oficialista venezolano conocido como Telesur TV informó que el Petro solo podrá ser comerciado con otras criptomonedas si este es adquirido por los ciudadanos antes de que el 2018 termine.

La experimentada comercializadora de bonos de Wall Street y analista de activos digitales Jill Carlson tradujo el discurso del presidente venezolano Nicolas Maduro, en el que decía:

“Cualquiera que compre el Petro hasta el 31 de diciembre podrá convertirlo a cualquier otra moneda digital”.

Como bien se sabe, el Petro llegó como un esfuerzo por parte del gobierno de Venezuela para evadir las sanciones económicas de Estados Unidos. Como esto no funcionó, ahora el ejecutivo de ese país intenta a toda costa impulsar la adopción de la divisa digital en los residentes de la nación.

Se cree que estas declaraciones en cuanto al comercio del Petro son también una medida de presión para que la gente lo compre. El problema con esto es que ningún intercambio conocido ha decidido listar el Petro e incluso algunos lo han calificado como un proyecto fraudulento desde que se anunció su preventa.

Aun no se sabe cómo es que se podrá intercambiar el Petro antes del cierre del año y cómo es que luego no se podrá, cuando en un principio nadie en el ecosistema acepta la divisa.

En Venezuela existe un control de cambio que establece que el gobierno es el único ente autorizado para la venta de divisas extranjeras. Como tal, tiene sentido que sean los que distribuyan el Petro, pero además de eso, es el ejecutivo quien pone precio al cambio dólar/bolívar, por lo que si el barril de crudo está en 74 USD (cifra aproximada) este entonces sería el valor del Petro el cual será vendido a los venezolanos a la tasa que el gobierno imponga.

Ahora, como consecuencia de un mercado cambiario regulado por el gobierno, se originó un mercado negro para la compra-venta de euros y dólares, por lo que en Venezuela se manejan dos tipos de cambio, el cambio oficial al que muy pocas personas tienen acceso y un cambio paralelo que es por el cual se rige la economía venezolana y es bastante mayor que el otro.

Teniendo esto claro, ya se puede entender que los 74 dólares que cuesta el Petro se pagan en bolívares al cambio oficial del gobierno. Un Petro hoy cuesta 3.600 Bolívares Soberanos según esa tasa oficial, pero si lo llevamos a la tasa del mercado paralelo (aprox. BsS 270 por dólar) el Petro tendría un valor de 19.980 Bolívares Soberanos.

Si el Petro se pudiera intercambiar por una criptomoneda como Bitcoin, la cual en Venezuela es vendida a la tasa del mercado paralelo, los venezolanos seguramente irían corriendo a comprar todos los Petros que pudieran porque así podrían sacar una ganancia mucho mayor.

La tasa de cambio oficial del gobierno es de apenas BsS 65. Contra los BsS 270 del mercado negro, hay una diferencia 4 veces mayor.

En conclusión, la mejor opción del gobierno venezolano para que el Petro se ha comprado es que este pueda ser intercambiado por otras criptomonedas. Mientras tanto, los venezolanos la usaran solo para lo que es justo y necesario, como el pago de los pasaportes o impuestos.

Este resultado se daría porque le brindaría a los venezolanos la oportunidad de adquirir ingresos en moneda fuerte (dólares) a un costo mucho menor. Es como si todo el mundo pudiera acceder a los dólares de la tasa oficial para luego venderlo al precio del mercado paralelo.

Se compra el Petro a tasa preferencial, se cambia a Bitcoin y el Bitcoin se vende a tasa de mercado paralelo.

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