La construcción es uno de los sectores clave de la economía. Y es que, debido a su tamaño, moviliza a muchas ramas del aparato productivo de un país al mismo tiempo, desde la extracción de la materia prima que se usa en la construcción, la manufactura de las herramientas y el refinado de los materiales brutos, la industria automotriz para los vehículos necesarios en la empresa, el transporte para movilizar los materiales, y por supuesto la mano de obra necesaria para la construcción, entre otros sectores tocados.

Asimismo, los efectos de la construcción se dejan sentir claramente en la sociedad, pues la construcción es la rama que se encarga de crear toda la infraestructura que conforma nuestra vida moderna, incluyendo por supuesto los hogares donde vivimos. A todos estos bienes inmuebles se les conoce como “bienes raíces”.

El estado del mercado de bienes raíces tiene una íntima relación con la economía real, pues su ralentización en general significa aumentos en las tasas de desempleo, cierre de empresas, y debido al enorme financiamiento que requiere este sector, también el impago de hipotecas y créditos a la construcción, otorgados por bancos.

Ya la crisis de 2008 nos mostró el potencial dañino que puede ejercer el mercado de bienes raíces en la economía, y también lo importante que es este sector para el posicionamiento de capitales por parte de inversionistas. Y es que, la construcción es un negocio que requiere de enormes recursos, y mientras para la construcción de obras públicas como carreteras y puentes, el dinero puede salir del Estado (es decir del contribuyente) a través de contratos y licitaciones, en el caso de edificios privados y especialmente viviendas, los proyectos inmobiliarios requieren financiamiento.

El vehículo tradicional para proporcionar este financiamiento son los bancos tradicionales, sin embargo, la cripto revolución está cambiando el panorama en este negocio. Cada vez más, vemos como el financiamiento para la construcción de bienes raíces proviene de instrumentos financieros alojados en la Blockchain, como tokens que sirven como bonos sobre un conjunto residencial construido para alquiler, o tokens que representen parte de la propiedad sobre un conjunto de viviendas, como si fuesen acciones de una empresa. Lo que, al eliminar a los intermediarios de la operación (bancos), disminuye los costes de transacción.

Este es un fenómeno que está desarrollandose en estos momentos, masificándose más y más, teniendo el caso de la emisión de tokens que funcionan como bonos sobre propiedades en Miami por 260 millones de dólares, un proceso que aunque empezó realizándose de forma privada como en el caso de Miami, con el paso del tiempo ha sido cada vez más aceptado por las agencias regulatorias, como es el caso de Alemania.

Sin embargo, este no es el único papel que juegan las criptomonedas dentro del mercado de bienes raíces, pues si se puede financiar un proyecto inmobiliario con la compra de un token, también se pueden utilizar criptomonedas para pagar por bienes inmuebles.

Así, incluso existen empresas inmobiliarias que han adelantado la venta de bienes inmuebles en monedas como el Bitcoin, tales como Knox Group of Companies de los Emiratos Árabes Unidos o Kuper Sotheby’s International Realty de los Estados Unidos, además de existir ofertas en páginas como Craiglist para la venta sin intervención de agentes de bienes raíces, de viviendas utilizando criptomonedas.

Por último, quizá el uso que represente una revolución de mayor envergadura dentro del mercado de bienes raíces, y que es al mismo tiempo el más desaprovechado por parte de gobiernos e individuos, es el uso de la tecnología Blockchain para el registro de transacciones y títulos de propiedad.

Aun así, han existido ensayos tales como el de la empresa Ubiquity, que registró en 2016 una venta de un bien inmueble gracias a la cadena de Bitcoin. Por tanto, se muestra la posibilidad de crear un registro de los traspasos de propiedad que tengan lugar dentro de un país, volviendo al mismo un proceso mucho menos engorroso de lo que lo es actualmente.

Asimismo, y teniendo en cuenta que la propiedad sobre bienes inmuebles es difusa por decir lo menos en muchos países, la regularización de la propiedad basándose en una base de datos creada en una cadena de bloques, permitiría asegurar la propiedad de los ciudadanos sobre sus viviendas y otros edificios de su posesión frente al Estado.

Por tanto, y viendo la influencia que han ganado las criptomonedas dentro del mercado de bienes raíces, y además conociendo proyectos que se avizoran para que la integración entre Blockchain y construcción se continúe estrechando, podemos afirmar que el potencial de los criptoactivos para penetrar, incluso en los sectores económicos menos abiertos al uso de tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial, es enorme.

Y es que no importa si planes como la alianza entre Bitcheke y Royal Real Estate en Chile, permiten la venta de bienes inmuebles en criptomonedas, porque la realidad es que la integración de la Blockchain y los criptoactivos en el mercado de la construcción, es un fenómeno que llegó para quedarse y expandirse a nivel mundial.

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