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Tras varias jornadas de fuerte rally, los precios de los metales preciosos experimentaron una fuerte corrección este lunes. En particular, las operaciones nocturnas provocaron que los capitales abandonaran commodities como el oro, la plata y otros metales. ¿Qué hay detrás de esta retirada que enturbia mucho más el panorama financiero?
Por ahora, los retrocesos parecen arropar a todos los sectores. Las acciones de la bolsa de valores estadounidense muestran números rojos al mismo tiempo que los metales. Al momento de redactar esta nota, el S&P 500 se repliega en -0.52%, mientras que el Nasdaq y el Dow emulan los números rojos.
En el campo de los metales, el retroceso más agudo lo experimentó la plata, la cual alcanzó por primera vez los $80 por onza. Sin embargo, durante las operaciones nocturnas descendió en más del -8% hasta los $70.
Al momento de redactar, este activo mejora ligeramente hasta $72. Mientras tanto, el oro retrocede en -4.30%, un retraso similar al del cobre. Por su parte, el platino y el paladio se llevan la peor parte, con caídas del -13% y -15% respectivamente, según CNBC.
Todo este tablero se presenta como uno de enorme interés a la espera de un año 2026 cargado de eventos importantes. El contexto, sobre todo en los Estados Unidos, podría provocar un desbarajuste que se hace mucho más confuso con la política impredecible de Donald Trump.

El porvenir de los precios de los metales en 2026
Existen elementos como el endeudamiento en los EE. UU. que seguramente continuará creciendo en 2026. Esto provocará que el riesgo país aumente y haga que los inversores se mantengan alejados de los activos denominados en dólares. La debilidad del dólar se convierte en el primer escalón que conduce a que la demanda de oro y plata se acentúe el próximo año.
Algunos análisis esperan que el oro conquiste los $5.000 por onza en el plazo corto. Esta apuesta aumentó recientemente cuando el metal dorado alcanzó por primera vez los $4.500 por onza. Por otra parte, se espera que a finales de enero el gobierno federal entre en una nueva paralización, considerando que no hay hasta ahora un acuerdo presupuestario en el Congreso.
De manera simultánea, el cambio en la política monetaria de la Reserva Federal hacia la flexibilización podría entrar en escena con fuerza. Si el nuevo presidente del banco central empuja a recortes agresivos en lugar de pausados, esto podría desatar una nueva tormenta inflacionaria en la economía estadounidense.
A todo esto se suman las turbulentas políticas impulsivas de Donald Trump, como la aplicación de aranceles y las tensiones que podrían derivar en guerras en África, Medio Oriente y el Caribe.
Como se puede notar, este ambiente se presenta como uno aparentemente ideal para el ascenso de los precios de los metales. No solo las grandes carteras institucionales, sino también los bancos centrales de todo el mundo continúan acumulando activos como oro y plata para sortear este contexto que podría empeorar en 2026.
El cobre se prepara para un rally gigantesco
Más allá del oro y la plata, otras commodities también se perfilan entre las favoritas de las grandes carteras. Esto último está relacionado con el aumento de la demanda de este activo para la construcción de centros de datos de inteligencia artificial. Como es bien sabido, estos centros requieren grandes extensiones de cableado para conducir la energía que demandan.
Por ahora, las empresas de los EE. UU. acaparan este metal, lo que ya se comienza a manifestar en el precio desde hace varios meses. En la otra cara de la moneda, la producción experimenta un fuerte desplome y algunas empresas mineras han recortado considerablemente sus expectativas de producción de cobre.
La cereza del pastel tiene que ver con el hecho de que China, otro de los pilares en el ascenso de la IA y la respectiva construcción de centros de datos, todavía no se ha incorporado a la demanda masiva de cobre.
De esta manera, el oro, la plata y el cobre se presentan como los metales con mayores posibilidades de repuntes de precios.

















