Regístrate en Bitget y obtén hasta 100 USDT en bonos completando simples tareas. Oferta por tiempo limitado.

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, insistió en que la Reserva Federal debe aplicar un recorte masivo de la tasa de interés. Según el magnate, las condiciones económicas están dadas para que se flexibilice la política monetaria y se abran las puertas para el crecimiento económico. Las declaraciones de Trump se produjeron poco después de conocerse los datos de crecimiento económico en el país norteamericano.

Este martes se conoció que el producto interno bruto (PIB) de EE. UU. durante el tercer trimestre de 2025 creció mucho más de lo esperado. Así, mientras los estimados esperaban una lectura del 3.8%, este indicador de crecimiento de la economía reflejó un 4.3%.

De acuerdo con la visión de Trump, esto es una señal clara de que la economía necesita flexibilización en lugar de altas tasas. Desde su llegada a la presidencia del país, el presidente presiona para que el banco central reduzca la tasa y permita el ascenso de la economía y los mercados financieros.

Sin embargo, desde la Fed se ha respondido con cautela y advierten que la inflación no está lo suficientemente cerca del objetivo del 2% como para bajar drásticamente los tipos.

Por su parte, el primer mandatario afirma que la inflación desapareció. A esto se suman los datos de producción recientemente conocidos, lo que a su parecer elimina cualquier argumentación válida para mantener la política monetaria restrictiva.

Este año 2025, la Fed aplicó un recorte de 75 puntos básicos a la tasa de interés, la cual quedó en el margen del 3.5% y 3.75%. Esta reducción se aplicó en tres encuentros consecutivos de 25 pb. 

La tasa de interés debe reducirse drásticamente, según la Casa Blanca 

A lo largo de todo el 2025, la posición constante de Trump ha sido que la tasa de interés debe reducirse significativamente, dado que no existe una situación económica que justifique restricciones en la política monetaria. Este contraste entre la perspectiva de la Casa Blanca y la del banco central no tendría mayores implicaciones si no fuera porque la visión de Trump probablemente prevalecerá.

En mayo del próximo año se vence el mandato de Jerome Powell como presidente de la Reserva Federal. Esto permitirá a Trump nombrar a un nominado para ocupar el cargo. Hasta ahora, el principal candidato para esta nominación es Kevin Hassett, un reconocido entusiasta de la flexibilización de la política monetaria.

Si Hassett es el nominado y pasa exitosamente el proceso de aprobación por parte del Congreso, se convertiría en el nuevo presidente de la Fed. En teoría, esto debería tener un efecto positivo en los mercados y en la economía, dado que las bajas tasas permiten el ascenso de la actividad económica sin fricciones. No obstante, algunos factores se presentan como posibles elementos negativos que harían de este contexto algo no del todo beneficioso. 

¿Qué podría salir mal con el recorte de tasas por parte de un nuevo presidente de la Fed?

Trump hace un nuevo llamado al recorte de la tasa de interés en Estados Unidos.
Hasta ahora, Kevin Hassett suena como la principal opción de Trump para nominación a presidente de la Fed. Fuente: Polymarket

Algunos factores que hacen pensar en un desenlace pesimista

Tal como pinta el panorama actualmente, se divisan al menos tres elementos que podrían hacer que una flexibilización termine mal. El primero de ellos tiene que ver con el triunfo de la Casa Blanca sobre la visión de la Reserva Federal. Esto podría ser visto por los capitales como una anulación de la independencia del banco central frente al gobierno. 

En consecuencia, las decisiones de política monetaria dejarían de ser producto de análisis científicos de técnicos independientes para ser motivados por la agenda política basada en intereses ideológicos. No se necesita profundizar en este tema para entender la sensación de inseguridad que esto generaría entre los inversores.

De esto se deriva el segundo elemento. Si la política monetaria está basada en decisiones de agenda ideológica, un recorte agresivo de las tasas combinado con tarifas y otras políticas espontáneas de Trump podrían provocar un repunte de la inflación. Esto generaría una necesidad prematura de nuevos aumentos de tasas, algo que una Fed sometida a la Casa Blanca no haría. 

El tercer factor que se percibe es que la flexibilización aumenta la sobrevaloración en algunos sectores clave. Esto dispararía el rendimiento de los bonos del Tesoro, lo que haría más conveniente el emplazamiento de capitales en la seguridad de la renta fija y lejos de activos de riesgo.

Deja un comentario