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En las últimas décadas, la forma de pagar los productos y servicios online ha cambiado radicalmente. Esta transformación ha sido impulsada por múltiples factores, como los cambios en las expectativas y hábitos de los consumidores y los avances tecnológicos.

En la actualidad, los consumidores ya no dependen única y exclusivamente de tarjetas de crédito y débito. El ecosistema de pagos online es mucho más diverso, ya que incluye criptomonedas y otros métodos alternativos, cada vez más presentes en sectores como el entretenimiento digital.

En este contexto, empiezan a ganar relevancia soluciones que permiten utilizar activos digitales dentro de entornos regulados. Es el caso de algunas plataformas de casino con Bitnovo, donde las criptomonedas se convierten previamente en euros para cumplir con la normativa vigente. Este tipo de sistemas están ganando terreno dentro del comercio online al ofrecer una experiencia de pago más ágil, segura y adaptada a los nuevos hábitos digitales.

Los pagos online no son un fenómeno nuevo, pues han formado parte del panorama financiero desde la década de 1990, cuando Internet y el comercio electrónico empezaron a expandirse por todo el mundo.

La primera transacción real de eCommerce se produjo el 11 de agosto de 1994. Ese día, un estudiante universitario de 21 años llamado Dan Kohn vendió a través de su sitio Web NetMarket un CD del álbum «Ten Summoner’s Tales» de Sting a un amigo en Filadelfia, quien usó su tarjeta de crédito para gastar 12,48 dólares, más gastos de envío.

Al principio, las transacciones online se realizaban con tarjetas de crédito o débito. Aunque las pasarelas de pago online no eran muy sofisticadas y frecuentemente causaban frustración durante el proceso de compra, la facilidad de poder comprar desde la comodidad del hogar fue el factor principal que impulsó su aceptación inicial.

El auge y la adopción progresiva de los pagos alternativos y criptomonedas

Aunque las tarjetas de crédito y débito siguen jugando un papel importante en el consumo online, las nuevas tecnologías y las preferencias de los consumidores están impulsando la adopción de métodos de pago alternativos (APM, por sus siglas en inglés).

Cuando hablamos de pagos alternativos hacemos referencia a todos aquellos métodos que no dependen exclusivamente de la banca tradicional, como las tarjetas de crédito y débito. Esto incluye las billeteras digitales, las opciones de compra ahora, paga después (Buy Now, Pay Later o BNPL, por sus siglas en inglés) y las criptomonedas, entre otras soluciones.

Según Visa Consulting & Analytics, los métodos de pago alternativos están ganando terreno rápidamente en todo el mundo y se prevé que representen el 58 % de las transacciones de comercio electrónico en 2028.

En mercados como el español, este crecimiento está estrechamente ligado a la aparición de intermediarios que adaptan el uso de criptomonedas a los marcos regulatorios existentes, permitiendo a los usuarios beneficiarse de los pagos digitales sin asumir riesgos legales ni operativos adicionales.

El uso de las criptomonedas y pagos alternativos se está extendiendo debido a las múltiples ventajas que estos ofrecen en comparación con la banca tradicional.

Estas soluciones están derribando barreras en regiones con una infraestructura bancaria limitada, permitiendo que millones de personas accedan por primera vez a contenidos digitales y servicios financieros. Además, el procedimiento de pago es más sencillo y rápido que el de las tarjetas de crédito o débito, ya que requiere menos pasos.

Las criptomonedas y pagos alternativos normalmente conllevan menos costes operativos y menores tarifas de transacción que las comisiones de procesamiento elevadas vinculadas a la banca tradicional, lo que significa un ahorro para el consumidor.

Finalmente, suelen utilizar medidas de seguridad avanzadas, como el cifrado y la autenticación biométrica, para proteger la información confidencial de los pagos. Esto aumenta la confianza y la seguridad del usuario.

A pesar de estas ventajas, las criptomonedas y pagos alternativos presentan ciertas limitaciones. El desconocimiento y la falta de familiaridad con estas soluciones podrían desalentar a los consumidores de adoptarlas.

Además, su presencia en las plataformas digitales sigue siendo limitada. Por este motivo, los usuarios pueden sentirse desmotivados a usarlos y elegir, en cambio, las tarjetas de crédito y débito tradicionales.

Casos de uso reales de criptomonedas en el consumo digital

A medida que criptomonedas como Bitcoin (BTC) o Ethereum (ETH) ganan terreno, las plataformas digitales de diferentes sectores están comenzando a explorar su potencial, aceptándolas como un método de pago más para adquirir bienes y servicios online. Aunque su adopción aún se encuentra en sus primeras etapas, el cambio en la percepción del consumidor sugiere una transformación inminente.

Estas monedas digitales se utilizan cada vez más para pagos online. Por ejemplo, los consumidores tienen la posibilidad de reservar un hotel o un vuelo en Destinia, comprar una suscripción en NordVPN, o contratar un servicio móvil y de internet en AT&T.

Seguridad, verificación y protección del usuario

La seguridad sigue siendo una preocupación fundamental para los consumidores a medida que adoptan y utilizan criptomonedas y pagos alternativos para adquirir bienes y servicios online, debido principalmente al auge del fraude online. Garantizar la seguridad de las criptomonedas se vuelve clave, y para ello resulta fundamental mantener las claves privadas seguras para evitar robos o ciberataques.

También es importante verificar que la plataforma digital actúa como intermediario fiable, con procesos de verificación y trazabilidad que aseguren que cada operación se realiza dentro de un entorno controlado y conforme a la normativa aplicable. En conjunto, estos elementos contribuyen a un ecosistema digital más seguro y confiable para los usuarios.

El futuro de los pagos digitales

El auge de los métodos de pagos alternativos, ejemplificado por las criptomonedas, está cambiando la forma de pagar online, ofreciendo una forma más rápida, segura y rentable de adquirir bienes y servicios, y brindando una mayor inclusión financiera para los consumidores.

Estas soluciones han llegado para quedarse, especialmente aquellas que consiguen integrar la innovación de las criptomonedas con las exigencias regulatorias del comercio digital, marcando el camino hacia una adopción más madura y sostenible de los pagos alternativos.