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Una nueva semana arranca este lunes para las acciones en la bolsa de valores estadounidense y el optimismo no parece ser el mayor protagonista. De hecho, numerosos analistas ponen en duda el acostumbrado rally de fin de año en Wall Street. Al menos eso es lo que se puede deducir del contexto que marca el mes de diciembre.
Tanto el S&P 500 como el Nasdaq compuesto están en números rojos este mes, remarca un trabajo de CNBC. Esto da paso a un plazo de debilidad que es inusual para los activos bursátiles por estas fechas cercanas a las festividades de Navidad y fin de año.
Históricamente, el mes de diciembre es alcista y el mismo arroja un rendimiento promedio histórico de 1% en los dos índices. Este último es un dato de enorme relevancia que deja en evidencia que un periodo de debilidad podría estar a las puertas para el sector de renta variable. Con la amenaza de números rojos de diciembre, el S&P 500 rompería con un rally de 7 meses.
De acuerdo con Jonathan Krinsky, de BTIG, se refleja el hecho de que el índice de referencia lucha por mantenerse encima del promedio móvil de 50 días. Esto último se puede considerar como una señal clara de que el rally de fin de año para las acciones de la bolsa estadounidense está descartado.
Existen motivos de preocupación de que se genere una tendencia negativa para 2026. Sin embargo, también es probable que este desempeño esté ligado con una simple reorganización de portafolios.

Algunas señales preocupantes para las acciones de la bolsa estadounidense para 2026
Más allá de las perspectivas de fin de año para el mercado de valores, algunos expertos también ven una extensión de los problemas. En consecuencia, el 2026 podría iniciar con problemas relacionados con ajustes en la curva de rendimiento de los bonos del Tesoro. Incluso, la renta fija podría ejercer una mayor presión en el corte de los flujos hacia las acciones.
Por ejemplo, los rendimientos de los bonos japoneses de largo plazo se destacan entre los favoritos de los inversores desde hace varias semanas. Esto último gracias a la duplicación de sus rendimientos, lo que provoca un reacomodo de capitales desde las acciones hacia los activos de deuda.
Como se puede notar, se trata de un ambiente complicado, sobre todo desde el punto de vista de los bonos. En palabras simples, la seguridad de emplazar capitales en renta fija, acompañada de altos rendimientos, se convierte en la mezcla perfecta para que los inversores se desmarquen de los activos de riesgo como las acciones.
Pero el temor que representan el aumento del rendimiento de los bonos para las acciones de la bolsa estadounidense podría empeorar. Esto último está relacionado con lo que pudiera suceder con la Reserva Federal (Fed) a mediados de 2026.
El asunto del nuevo presidente de la Fed
En mayo termina el mandato de Jerome Powell como presidente de la Fed, lo que provocará un reemplazo por un nominado de Donald Trump. Este es un tema mayúsculo que genera particular temor entre los inversores, dado que el ambiente no es tan cómodo como se presenta teóricamente.
Entre los candidatos para reemplazar a Powell se destaca el director del Consejo Económico Nacional, Kevin Hassett. Se trata de un partidario extremo de recortes agresivos a la tasa de interés.

En teoría, los recortes agresivos de tipos deberían traducirse en un impulso económico que aumente la liquidez hacia la bolsa. Como consecuencia, activos como acciones y criptomonedas deberían entrar en un rally de enormes proporciones. No obstante, hay dos factores negativos que vienen en el combo del probable cambio de rumbo de la Fed.
El primero de ellos es la sensación global de que la Reserva Federal perdió su independencia frente a la Casa Blanca. Esto baja la calificación de EE. UU. como un lugar seguro para emplazar capitales, considerando que la política monetaria ya no se determina por razones científicas, sino por agendas políticas.
El segundo factor es que la reducción desproporcionada de tipos provoque un repunte de la inflación. Esto llevaría a un nuevo aumento dramático de los rendimientos de los bonos. Tal peligro lo pone de relieve el analista Justin Bergner, de Gabelli Funds, consultado en el mismo trabajo de CNBC.

















