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Tras alcanzar un máximo histórico en octubre, el mercado de Bitcoin ha experimentado un cambio de tendencia que abre la puerta a una fase claramente bajista.
De acuerdo con un análisis reciente de Jurrien Timmer, director global de macroeconomía en Fidelity, el activo digital podría estar ingresando en una etapa de enfriamiento prolongado.
El estratega, conocido por su enfoque de largo plazo sobre BTC, advierte que el ciclo de cuatro años que históricamente ha marcado su comportamiento apunta a un posible «invierno cripto» que podría extenderse hasta 2026, en un contexto en el que el oro vuelve a ganar protagonismo dentro del escenario financiero global.
El ciclo de Bitcoin y la proyección para 2026
En su análisis, Jurrien Timmer sostiene que la dinámica de Bitcoin continúa alineándose con su patrón histórico de ciclos de cuatro años, caracterizados por repuntes pronunciados seguidos de fases de corrección.
En ese sentido, el máximo cercano a los $125.000 alcanzado en octubre, tras más de una década de subidas acumuladas, encajó con notable precisión dentro de la evolución observada en ciclos anteriores.
A partir de esta lectura, Timmer explica que los mercados bajistas de BTC suelen extenderse alrededor de un año, replicando los denominados «inviernos cripto» que históricamente han marcado los periodos de ajuste del activo.
Bajo este escenario, 2026 aparece como un año de pausa o mayor incertidumbre, con zonas de soporte relevantes ubicadas entre los $65.000 y $75.000.
El estratega macro de Fidelity aclara que, si bien mantiene una visión positiva sobre Bitcoin en el largo plazo, reconoce que el mercado podría estar atravesando la fase final de una etapa alcista típica del ciclo de halving, tanto en términos de precio como de duración.
Refugio clásico en tiempos de corrección
En su análisis comparativo, Jurrien Timmer destaca el sólido desempeño del oro a lo largo de 2025, un comportamiento que contrasta de forma evidente con la corrección que atraviesa BTC.
Mientras la criptomoneda enfrenta una fase de ajuste tras su máximo reciente, el metal precioso acumula un avance cercano al 65% en el año, superando incluso el ritmo de expansión de la oferta monetaria global.
Además, Timmer señala que el oro ha logrado conservar la mayor parte de sus ganancias durante la última corrección de los mercados, una señal que asocia con la solidez propia de un ciclo alcista ya consolidado.
Esta divergencia en el comportamiento de ambos activos refuerza el papel del oro como refugio tradicional en contextos de volatilidad, al tiempo que Bitcoin se adentra en su característico periodo de enfriamiento o «invierno cripto».
La visión de Fidelity ante un cambio de ciclo financiero
En este escenario, la advertencia de Jurrien Timmer funciona como un llamado a la cautela para quienes siguen de cerca la evolución de Bitcoin y del mercado cripto en general.
Desde esta perspectiva, asumir que las fases bajistas pueden extenderse durante varios meses refuerza la importancia de mantener una visión de largo plazo, junto con estrategias de inversión bien estructuradas y una gestión del riesgo disciplinada.
Al mismo tiempo, el desempeño consistente del oro actúa como recordatorio de que los activos tradicionales continúan desempeñando un papel clave como instrumentos de cobertura y preservación de valor, especialmente en entornos marcados por alta incertidumbre financiera y cambios de ciclo.
