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Este jueves se publicaron los anticipados datos de inflación del índice de precios al consumidor (IPC) de noviembre en los Estados Unidos. Se trata de un informe rezagado debido a la paralización de más de 40 días del gobierno federal. Los datos de este indicador fueron mejor de lo esperado por el mercado, por lo que las criptomonedas reaccionan con números verdes moderados.
Según datos del reporte de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) la inflación regular se ubicó en 2.7% en términos interanuales. Esto representa una mejora significativa frente a las expectativas del 3.1% reflejadas en las encuestas del Dow Jones.
Mientras tanto, el IPC subyacente (excluye productos volátiles y energía) subió un 2.7% frente al esperado 3%. A pesar de estos números particularmente positivos, algunos expertos alertan que los mismos probablemente están contaminados por la interrupción en el proceso de recolección de datos durante el shutdown.
La paralización obligó a cancelar la publicación del informe de octubre y al retraso de 8 días en la publicación del de noviembre.
Según analistas del NYT, esta distorsión deja un panorama poco claro para la Reserva Federal. En cualquier caso, el descenso en el ritmo de subida interanual de la inflación IPC tuvo un efecto hasta ahora ligeramente positivo en el precio de Bitcoin. Este refleja un +0.74% en 24 horas, según CoinMarketCap. El resto de las principales criptomonedas reaccionan de manera similar.

¿La mejora de los datos de IPC hará entrar en rally a las criptomonedas?
Aunque el escenario parece dispuesto para una recuperación parcial en los precios de las monedas digitales, no todo es tan claro como luce en la superficie. La disminución del ritmo de la inflación y el constante enfriamiento del mercado laboral se presenta como un factor ideal para la flexibilización de la política monetaria en el país norteamericano.
Sin embargo, no todos los funcionarios de la Reserva Federal están plenamente convencidos de que los recortes de tipos sean una urgencia. Esto genera un clima de incertidumbre que se traslada a los mercados financieros. De manera paralela al asunto de la política monetaria, otros factores se suman a la visión pesimista. Entre ellos salta a la vista el temor de una burbuja en el sector de IA, lo que provoca una rotación fuerte en el mercado de valores.
Por otro lado, se espera un impacto fuerte ante la sequía en los flujos que representa la estrategia del carry trade con el yen japonés. Esto último se deriva del esperado aumento de 25 puntos básicos a la tasa de interés en Japón. Con esto, la tasa en ese país quedaría en 0.75%, una cifra no vista desde 1996, justo antes de la crisis de los tigres asiáticos.
Como se puede notar, los datos de inflación de noviembre pueden tener numerosas lecturas. Para los inversores del mundo de las criptomonedas no se trata de un escenario tan sencillo como esperar subidas por la caída de la inflación y el descenso del mercado laboral, a pesar de que la teoría sugiere que así debería ser.

















