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En el Cardano Tech Summit LATAM 2025, Rodolfo Andragnes -creador de LABITCONF y una de las voces más influyentes del ecosistema cripto regional- ofreció una lectura que funciona casi como una radiografía histórica: de los primeros encuentros Bitcoin en 2013 a la madurez que hoy empieza a tomar la tecnología en gobiernos y empresas de Latinoamérica.
Su mensaje fue claro: la blockchain dejó de ser un eslogan y volvió a ser, lo que siempre debió ser, una herramienta tecnológica poderosa en manos de comunidades reales.
La primera etapa: encuentros, intuiciones y una energía imposible de replicar
Andragnes recordó aquellos años iniciales donde, más que un ecosistema, existía un grupo de curiosos intentando entender una tecnología nueva. No había capas de sofisticación ni cientos de proyectos compitiendo entre sí. Lo que sí había era algo decisivo: encuentros físicos. Espacios donde desconocidos se reunían a compartir ideas, probar conceptos y construir un sentido de comunidad.
Para él, ese fue el verdadero origen del ecosistema cripto en la región: la posibilidad de verse las caras, discutir, debatir y entusiasmarse en grupo. Sin esa etapa, ningún país habría logrado sostener a largo plazo el nivel de innovación que hoy existe.
Ethereum, el cambio de narrativa y el fin del buzzword
Con la aparición de Ethereum, la conversación se desplazó de manera irreversible. La blockchain dejó de ser únicamente una red de transferencia de valor para convertirse en una plataforma programable.
Andragnes explicó que, a partir de ese momento, el término blockchain empezó a desgastarse, primero por el entusiasmo corporativo que siguió y luego por los límites de ese mismo modelo.
Durante un tiempo, empresas y consorcios impulsaron soluciones privadas, caras y difíciles de mantener. Esa etapa, según su visión, marcó la muerte del concepto blockchain como moda tecnológica. Lo que sobrevivió fue lo que realmente importa: la infraestructura abierta y las comunidades que la sostienen.
La reconstrucción desde abajo: builders, creatividad y la fuerza de la región
Para 2018, y especialmente después de la pandemia, la innovación volvió a las bases. Hackathons, comunidades técnicas y desarrolladores colaborando en protocolos abiertos tomaron el control del progreso tecnológico.
Andragnes destacó que Argentina fue uno de los países que más rápido consolidó talento y proyectos propios, mientras que Brasil avanzó con más solidez en aplicaciones financieras, pagos y adopción empresarial.
Según su lectura, la región ya no depende de discursos importados: tiene capacidad, historia y cultura para crear sus propios estándares.
Gobiernos y adopción: una oportunidad que recién empieza
En la actualidad, Andragnes observa algo que antes no existía: una conciencia creciente del potencial que tiene la tecnología blockchain en Argentina.
No se trata de perfección ni de resultados inmediatos, sino de una madurez institucional que empieza a prestar atención a casos reales de uso y prototipos que podrían resolver problemas históricos.
El desafío, advirtió, es que esta nueva conciencia no quede atrapada en burocracia o en decisiones verticales, sino que se apoye en la creatividad y la autonomía de las comunidades. Solo así la tecnología podrá generar impacto en la sociedad y en la relación entre ciudadanos, empresas y gobiernos.

















