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La segunda jornada de LABITCONF 2025 dejó una conclusión contundente: el futuro de la minería Bitcoin en América Latina dependerá menos del precio del BTC y más del costo de la energía. Durante el panel «Minería Bitcoin e IA: Oportunidades y Desafíos», los referentes de la región coincidieron en que alcanzar la rentabilidad hoy es una carrera contra el megawatt.

Panel de Minería Bitcoin en LABITCONF 2025. Fuente: CriptoTendencia

La ecuación del poder minero

El uruguayo Fabrizio Bianchi, de Hashrate, fue directo: «Estamos en una carrera por llegar a los 40 dólares el megawatt. Solo así las operaciones pueden ser realmente rentables». Según explicó, la minería a gran escala ya no se mide por la cantidad de máquinas, sino por la eficiencia energética y la capacidad de encontrar acuerdos eléctricos estables en países donde la volatilidad política o cambiaria puede arruinar cualquier plan de retorno.

La situación actual muestra un desequilibrio claro: mientras en Estados Unidos los mineros acceden a energía entre 30 y 40 dólares por megawatt, en Argentina ese valor puede superar los 90 dólares. «A nivel global, la minería gana entre 12 y 20 % mensual; en Latinoamérica, perdemos entre 10 y 15 % por el costo energético», añadió Walter Salama, fundador de BITPATAGONIA.

De la refrigeración al ROI

El argentino Julián Caccia, de Coin Box Mining, detalló cómo la competencia tecnológica también define los márgenes: «Tenemos tres tipos de refrigeración: aire, hidro e inmersión. Pero el desarrollo industrial apunta al enfriamiento líquido y por inmersión. Nos toca reconvertirnos para mantener la eficiencia y ofrecer mejores retornos».

Las empresas mineras, agregó, deben pensar más como ingenierías que como simples operadores. Coin Box Mining, con seis megas de capacidad y expansión hacia Paraguay y Etiopía, ya planifica su migración hacia sistemas de inmersión. El motivo es claro: cada mejora en refrigeración reduce costos energéticos y alarga la vida útil de los equipos.

El desafío del sur

En Uruguay y Paraguay, donde el suministro eléctrico es más estable, los proyectos escalan con mayor velocidad. Pero incluso allí, los desafíos persisten: infraestructura limitada, falta de incentivos estatales y ausencia de marcos regulatorios adaptados a la minería cripto.

El brasileño Carlos Augusto Oliveira, de Azul Mining, insistió en el potencial regional: «Brasil tiene un excedente de 100 terawatts de energía. Si trabajamos juntos, podríamos atraer gran parte del poder de hash global». En su visión, la colaboración entre países sudamericanos podría equilibrar el dominio de Estados Unidos y China, que ya libran su propia guerra energética y tecnológica.

Un futuro de eficiencia y cooperación

La minería Bitcoin ya no es una cuestión de computadoras ni de suerte. Es una batalla de ingeniería, energía y regulación. El consenso en LABITCONF fue unánime: quien controle el acceso a energía barata controlará el futuro del minado.

Y América Latina, con abundantes recursos y una curva de aprendizaje acelerada, tiene la oportunidad -si coopera- de transformarse en el nuevo epicentro energético del ecosistema Bitcoin.

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