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La semana pasada, el precio real del oro (es decir, su valor corregido por inflación) alcanzó un nuevo máximo histórico. Esto demuestra que la economía estadounidense y global se encuentran en serios problemas ante una creciente incertidumbre. Vale la pena mencionar que este precio real del metal dorado se determina calculando el nivel general de los precios en la economía.
Este precio real superó los picos alcanzados en 1980, 2011 y 2020, se lee en una reciente publicación de Kobeissi Letter en X. El post destaca que este precio ha crecido más del doble en los últimos cuatro años, algo extraordinario dentro de los ciclos económicos habituales.
Además del aumento de precios, el valor total de mercado del oro como porcentaje de la riqueza global está en alrededor del 4%. Se trata del nivel más alto desde los años 90. Este crecimiento refleja una renovación en la confianza global hacia el oro como activo de refugio ante la inflación, la volatilidad cambiaria y los riesgos geopolíticos.
En líneas generales, La demanda de inversores tanto minoristas como institucionales ha impulsado este crecimiento en la proporción de riqueza global representada por el oro. A pesar de estos avances notables, la participación del oro en la riqueza global sigue siendo mucho menor que el máximo histórico del 22% que se alcanzó en 1980.
El precio del oro ajustado por inflación continuará creciendo
En la mencionada publicación de Kobeissi Letter, se destaca que a pesar de la multiplicación del valor del oro corregido con inflación, no hay indicios de que la subida se detenga. Una de las razones es que, a pesar de su sólido desempeño, todavía representa un porcentaje pequeño de la economía mundial.
La combinación de presiones inflacionarias persistentes, incertidumbre en las políticas monetarias y riesgos geopolíticos continuos brindan un soporte fundamental para que el valor real del oro siga aumentando. Los inversores suelen recurrir al oro como protección ante la inflación y como diversificador cuando los mercados tradicionales se vuelven volátiles o las monedas se deprecian.
Para los inversores, el aumento del precio del oro ajustado por inflación es tanto una advertencia como una oportunidad. Dado su papel histórico como refugio en entornos inflacionarios, el alza en su precio señala expectativas crecientes de inflación prolongada o inestabilidad financiera.
Incorporar oro o activos respaldados en oro, como ETF, futuros, acciones mineras o stablecoins, en las carteras puede ofrecer una cobertura eficaz contra la inflación y sacudidas económicas.
El impacto potencial de este ascenso del oro en las criptomonedas es también un tema de interés. La depreciación de las monedas, como el caso del dólar, implica que los inversores deben refugiarse en activos no vinculados al Tesoro estadounidense. Este proceso de diversificación incluye al oro y otros metales como la plata.
Ahora, las criptomonedas como Bitcoin se incorporan, brindando una mayor exposición a activos diversos e independientes.
Básicamente, mientras el oro continúe en ascenso, habrá espacio para que las criptomonedas también suban.

















