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El ex CEO de BitMEX desata una tormenta en X con una simple frase que disparó el optimismo sobre ZEC.

El comentario de Arthur Hayes, cofundador del exchange BitMEX, volvió a colocar a Zcash (ZEC) en el centro de la escena. Con un escueto «Vibe check – $ZEC to $10k», Hayes reavivó el interés por una de las criptomonedas históricas del ecosistema.

El mercado respondió con fuerza: en las últimas 24 horas, ZEC sube 26,5%, acumulando un 56% en la semana y un 550% en el último mes, según datos de CoinMarketCap. El precio ronda los $364,35, con una capitalización de $5,93 mil millones y un volumen diario que superó los $1,43 mil millones (+256%).

Evolución del precio de Zcash en el último mes. Fuente: CoinMarketCap

Privacidad, narrativa y especulación

Zcash fue pionera en incorporar pruebas de conocimiento cero (zk-SNARKs), una tecnología que permite transacciones privadas sin revelar datos de origen o destino. En plena era de la vigilancia digital y los debates sobre privacidad, esta narrativa volvió a captar atención entre los inversores.

La subida coincide con un renovado apetito por proyectos que ofrecen anonimato y soberanía financiera, en contraposición con el avance regulatorio de los gobiernos sobre el rastreo de activos digitales.

El «efecto Hayes» y las proyecciones

Arthur Hayes, conocido por su visión macro y sus apuestas contrarias al consenso, suele mover el sentimiento del mercado con pocas palabras. Su alusión a los $10.000 -más de 27 veces el precio actual- fue interpretada como un desafío al statu quo de los criptoactivos enfocados en privacidad.

Si bien alcanzar esa cifra parece hoy una meta lejana, los movimientos de las últimas semanas demuestran que el capital especulativo se ha reactivado. El ratio Volumen/Market Cap (24 h) del 24,23% refleja un mercado efervescente, con liquidez y entrada de nuevos participantes.

Conclusión

Zcash vuelve a vibrar. Lo que comenzó como un simple tuit de Hayes se convirtió en un símbolo del nuevo apetito por las criptomonedas que reivindican la privacidad. Si ese impulso se mantiene o no hasta los $10.000, dependerá de algo más que las vibras: la fe del mercado en que el anonimato siga teniendo un precio.

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