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El pasado viernes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y las autoridades de China reanudaron la retórica comercial. Esto provocó un fuerte retroceso en el precio de Bitcoin y también afectó con fuerza a las denominadas altcoins. El desplome llevó a varios analistas a cuestionar la continuidad del actual ciclo alcista.

Sin embargo, para Tom Lee, cofundador de Fundstrat y presidente de BitMine, no hay motivos para modificar sus proyecciones sobre el precio de la mayor criptomoneda en 2025.

Durante una entrevista en el podcast Bankless, el analista reafirmó su visión alcista, señalando que BTC podría alcanzar una zona objetivo de entre $200.000 y $250.000 antes de que finalice 2025. Se trata de una previsión ambiciosa, considerando que restan solo dos meses para cerrar el año, aunque Lee insiste en que la criptomoneda tiene el impulso suficiente para lograrlo.

En paralelo, Lee también anticipa que el precio de Ethereum (ETH) superará los $10.000 en el mismo período. Esta estimación coincide con la visión de Arthur Hayes, fundador del exchange BitMEX, quien ha expresado expectativas similares. En conjunto, estas proyecciones minimizan el impacto del reciente retroceso de Bitcoin y del resto del mercado cripto.

¿El retroceso de Bitcoin es de corta duración?

A pesar del optimismo de Lee sobre la evolución de BTC en las próximas semanas, la incertidumbre persiste entre los inversores. La relación entre Estados Unidos y China continúa marcada por tensiones y parece lejos de una resolución definitiva. Ambas potencias compiten por la supremacía global en innovación y tecnología.

Esto implica que cada una buscará debilitar las fuentes de financiación de los sectores tecnológicos estratégicos del rival. Mientras China controla la producción de tierras raras, Estados Unidos domina la fabricación de semiconductores avanzados. Ambos necesitan los recursos del otro, pero intercambiarlos supone ceder poder, un dilema complejo para los líderes de ambas naciones.

La gran incógnita es hasta qué punto China y Estados Unidos podrán avanzar si se ven obligados a negociar lo que poseen por lo que necesitan. La respuesta a esta pregunta podría determinar el rumbo de los mercados financieros en los próximos meses. Se trata de un desafío estructural que limita el optimismo a corto plazo tanto en acciones como en criptomonedas.

No obstante, analistas como Tom Lee sostienen que el reciente retroceso de Bitcoin no es más que un ajuste temporal. En el largo plazo, el potencial de BTC sigue intacto. Según Lee, esa confianza de los inversores institucionales podría convertirse pronto en una nueva ola de presión compradora.

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