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Por primera vez desde 1996, los bancos centrales del mundo tienen más oro que bonos del Tesoro de Estados Unidos en sus reservas internacionales. El hito marca un cambio profundo en la arquitectura monetaria global, donde el metal vuelve a imponerse como refugio frente a la deuda estadounidense y la erosión del dólar.

El regreso del patrón confianza: oro 24 %, Tesoro 23 %
De acuerdo con datos de Crescat Capital y Visual Capitalist, el oro ya representa 24 % de las reservas internacionales de los bancos centrales, superando el 23 % correspondiente a bonos del Tesoro. No ocurría algo similar desde hace casi treinta años, cuando el sistema financiero aún conservaba parte de la disciplina del patrón oro y la globalización recién comenzaba a expandir el dominio del dólar.
Hoy, el cambio responde a un contexto de endeudamiento récord en Estados Unidos, tasas reales negativas y conflictos geopolíticos persistentes. En ese entorno, bancos centrales como los de China, Rusia, India y Turquía han incrementado sus compras de oro de forma sostenida, buscando independencia frente al riesgo político y financiero asociado al dólar.
Un nuevo orden monetario en gestación
El atractivo de los bonos del Tesoro -símbolo histórico de seguridad- se ha debilitado con la expansión fiscal de Washington y la pérdida de credibilidad de su sistema político.
Con una deuda pública que supera los 36 billones de dólares, y una política exterior cada vez más imprevisible, el apetito por activos denominados en dólares se ha enfriado incluso entre aliados tradicionales.
La tendencia sugiere el inicio de una transición lenta, pero decisiva: los bancos centrales ya no confían plenamente en la hegemonía del dólar como ancla del sistema financiero internacional.
El oro, que no paga intereses ni depende de gobiernos, vuelve a ocupar el lugar que perdió en los noventa. En un mundo fragmentado, las reservas se reconfiguran no solo por rentabilidad, sino por soberanía y supervivencia monetaria.

















