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El marcado ascenso de la inteligencia artificial (IA) continúa creciendo con enorme fuerza. Esto se refleja con claridad en los contratos pendientes reportados por las firmas de computación en la nube, que alcanzan $1 billón, según reportes recientes, dejando testimonio del empuje de la nueva tecnología.
La demanda de las grandes compañías de estos servicios es cada vez mayor, dado que permiten ampliar la infraestructura necesaria para entrenar modelos de IA. Este volumen de pedidos muestra la urgencia que enfrentan Amazon, Microsoft, Google y Oracle para expandir sus centros de datos y capacidad de cómputo. Todo esto ocurre en el marco del auge imparable de la IA generativa y sus aplicaciones en múltiples industrias.
De acuerdo con un estudio del Penn Wharton Budget Model de la Universidad de Pennsylvania, la proliferación de tecnologías de inteligencia artificial podría aumentar la productividad y el producto interno bruto (PIB) mundial en 1,5% durante la próxima década. A esto se suma que las ganancias económicas se proyectan aún mayores en las siguientes décadas, consolidando a la IA como un motor clave de crecimiento global.
Este panorama motiva a gobiernos y empresas a acelerar la adopción de herramientas como chatbots generativos y sistemas automatizados que demandan cada vez más potencia computacional en la nube. Todo ello se convierte en un factor determinante detrás del ascenso global de la IA.
El ascenso de la IA como un elemento permanente
La dinámica del desarrollo de la inteligencia artificial y el impulso derivado del sector de computación en la nube se perfilan como permanentes. Para poner en marcha los sistemas más avanzados, las empresas requieren una enorme capacidad de cómputo. Una opción es fabricar sus propios centros de datos, lo que resulta extremadamente costoso; la otra es alquilar esos servicios en la nube.
Este modelo se ha convertido en el negocio que ya alcanza $1 billón en contratos pendientes. Sin embargo, mantenerse al día con la creciente demanda también representa un desafío para las compañías proveedoras de servicios de nube para IA.
Para cumplir con este gigantesco compromiso, estas empresas aumentan su gasto de capital en casi 63% en 2025, alcanzando $364 mil millones en inversiones. Se estima que este gasto siga creciendo a medida que la demanda de servicios por parte de las desarrolladoras de inteligencia artificial se expanda. Básicamente, el crecimiento de los servicios de nube está directamente vinculado al ascenso de la IA.
En términos generales, esto se traduce en ingresos diferidos de $669 mil millones para Amazon, Google y Microsoft al cierre del último trimestre. A esto se suma Oracle, con obligaciones por $445 mil millones, lo que hace que el backlog total supere $1 billón.
Es importante destacar que las empresas mineras de Bitcoin también trabajan aceleradamente para integrarse a este negocio de centros de datos para IA. Por ahora, esta estrategia parece prometedora y se espera que gran parte de las mineras participe, al menos de manera parcial, en este mercado.

















