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Argentina se ha consolidado como el país más activo en recepción de criptomonedas de toda la región. Entre julio de 2023 y junio de 2024 ingresaron más de USD 91.000 millones en transacciones on-chain, superando a Brasil, a pesar de tener solo una quinta parte de su población.
El contexto de inflación extrema (211 % en 2023 y alrededor del 118 % interanual en diciembre de 2024) y las restricciones históricas al acceso al dólar impulsaron a los argentinos hacia los llamados «cripto dólares» (USDT, USDC, DAI).
Sin embargo, en 2024 comenzó a observarse un giro hacia Bitcoin: en exchanges como Lemon, el volumen de compra de BTC creció tres veces más rápido que el de stablecoins, llevando a que represente ya el 36 % de las tenencias de los clientes.
Argentina concentra cuatro de cada diez sesiones de usuarios cripto en Latinoamérica, con un liderazgo en billeteras activas a nivel regional y el cuarto lugar mundial en 2024. Binance y Lemon acaparan el 64 % del mercado, mientras que Ripio amplía su base a dos millones de usuarios y desarrolla LaChain, su blockchain propia orientada a la tokenización.
La escena local está marcada por un calendario de eventos vibrante: en 2025 Buenos Aires recibirá Devconnect (noviembre) y la iniciativa Aleph Pop-Up City (marzo y agosto), consolidando su perfil como hub Web3 dinámico con alcance global. A esto se suma la actividad constante de comunidades como Ethereum Argentina y Seed Latam.
El ecosistema argentino también impulsa proyectos de infraestructura (SenseiNode desplegando nodos de Proof of Stake), protocolos de préstamos como Exactly, desarrollos DeFi (OpenZeppelin, Kleros, Decentraland) y una red creciente de comercios físicos -más de 130 en Buenos Aires- que ya aceptan pagos con Bitcoin.
Regulación
El giro regulatorio argentino en 2024–2025 es significativo. La Ley Nº 27.739 definió formalmente los activos virtuales y creó un registro obligatorio de Proveedores de Servicios de Activos Virtuales bajo la supervisión de la CNV.
Posteriormente, la Resolución Nº 994/2024 estableció requisitos de capital, segregación de custodia y auditoría, con un plazo hasta septiembre de 2025 para que las plataformas extranjeras se registren.
Además, se habilitó un sandbox regulatorio para tokenizar fideicomisos financieros y fondos cerrados, tratándolos como valores digitales negociables. Y aunque los bancos todavía no pueden operar mesas cripto al contado, la CNV permite ahora certificados de depósito en pesos respaldados en ETFs estadounidenses de Bitcoin y Ethereum, una apertura que conecta al mercado local con estándares internacionales.
El presidente Milei ha reforzado el tono pro-Bitcoin, sin prohibiciones a la minería ni restricciones a la custodia. El marco actual combina libertad para operar con criptomonedas, rigor en KYC/AML y claridad sobre activos respaldados por activos reales (RWA). Esto ubica a Argentina en un terreno competitivo frente a otros países de la región, incluso alineándose con marcos europeos y estadounidenses.
Perspectiva estratégica
Argentina ya se comporta como una economía cripto-dolarizada en la sombra: las stablecoins funcionan para pagos, nóminas y facturación; Bitcoin gana terreno como reserva de valor; y los usuarios exploran ingresos pasivos a través de DeFi.
Con un ecosistema empresarial activo, una comunidad sólida y un marco regulatorio que comienza a madurar, el país se posiciona como el candidato natural para liderar la ola Web3 en Latinoamérica.
El desafío será atraer capital institucional y sostener la confianza en un entorno económico volátil, mientras consolida su papel como uno de los hubs globales más relevantes para desarrolladores, startups y capital de riesgo.
