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La startup de biotecnología HeraSight ha encendido un intenso debate global tras anunciar que su tecnología de inteligencia artificial es capaz de predecir el potencial cognitivo de un bebé antes de nacer, utilizando datos genéticos obtenidos durante tratamientos de fecundación in vitro (FIV).
El avance, que combina análisis genómico masivo con modelos de aprendizaje automático, abre posibilidades inéditas para la medicina reproductiva, pero también revive temores sobre un nuevo capítulo de eugenesia digital.
El algoritmo de HeraSight detrás de la predicción genética
HeraSight afirma que su plataforma de IA puede analizar miles de variantes genéticas relacionadas con el desarrollo cerebral y la función cognitiva, generando un «perfil de inteligencia potencial» para cada embrión. Este proceso se integraría en el flujo habitual de la FIV, donde ya se realizan pruebas para detectar enfermedades hereditarias graves.
El sistema utiliza poligenic risk scoring (PRS), un método estadístico que evalúa el impacto combinado de múltiples genes, junto con redes neuronales entrenadas con millones de datos anónimos.
Según la compañía, esto permite estimar la probabilidad de que el futuro bebé tenga un coeficiente intelectual dentro de un rango determinado, aunque reconoce que factores ambientales seguirán siendo determinantes.
Riesgos éticos y temores de eugenesia 2.0
El anuncio de HeraSight ha provocado fuertes reacciones en la comunidad científica y bioética. Expertos en genética advierten que predecir la inteligencia es mucho más complejo de lo que el modelo sugiere, dado que se trata de un rasgo multifactorial influido por genética, entorno, educación y nutrición.
Las críticas más severas apuntan al riesgo de derivas eugenésicas: la selección de embriones no solo por salud, sino por rasgos considerados «deseables».
Esto podría generar desigualdades profundas y abrir la puerta a un mercado de «mejora» genética. Además, algunos bioeticistas destacan que la precisión de los modelos PRS para inteligencia aún es limitada y que extrapolar conclusiones podría generar falsas expectativas en los padres.
La preocupación no es nueva. En 2019, un grupo de investigadores ya había advertido que el uso de puntuaciones poligénicas para seleccionar embriones podría ser ineficaz y éticamente cuestionable. Sin embargo, la integración de IA y el creciente poder computacional parecen acelerar la viabilidad técnica de estas prácticas.
Regulación y el futuro de la medicina reproductiva
La propuesta de HeraSight pone en evidencia el vacío regulatorio en muchas jurisdicciones sobre la selección genética no médica. En países como EE.UU., donde la regulación es más laxa, las clínicas podrían adoptar esta tecnología sin una supervisión estricta.
En cambio, en Europa, países como Alemania y Francia mantienen prohibiciones tajantes sobre cualquier selección embrionaria por características no relacionadas con la salud.
La compañía asegura que su objetivo es «dar más información a los padres» y que no promueve la selección basada únicamente en inteligencia. Sin embargo, un trabajador de la compañía entrevistado difiere con esta postura, señalando que los padres deberían tener la opción de decidir cómo desean que sea su hijo. En sus palabras:
Mi postura es que las decisiones relacionadas con la reproducción deberían dejarse en manos de cada padre o madre, no del Estado.
Jonathan Anomaly, coautor del informe técnico de Herasight.
A medida que la IA y la genética convergen, el debate sobre dónde trazar la línea entre el avance médico y la manipulación social será cada vez más urgente. HeraSight, voluntaria o no, ha colocado esta discusión en el centro de la biotecnología contemporánea.

















