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En un giro inesperado, el Reino Unido se ha convertido en uno de los mayores tenedores de Bitcoin del mundo: más de 61.000 BTC bajo su control, valorados en más de 6.700 millones de dólares. Pero esa riqueza digital no fue adquirida con visión de inversión ni innovación tecnológica. Fue confiscada en 2018 tras desmantelar un esquema Ponzi de origen chino, cuyos operadores usaron Londres para lavar millones.
Ahora, con un déficit fiscal que ya supera los 57.800 millones de libras, el gobierno británico estaría planeando liquidar parte de ese botín digital para financiar sus cuentas. Según reportes del Tesoro, esta podría convertirse en la mayor venta de Bitcoin por parte de un Estado en la historia. ¿La razón oficial? Ayudar a cerrar una brecha presupuestaria proyectada de £20.000 millones.
Legalmente incierto, políticamente explosivo
El plan, sin embargo, está lejos de ser simple. Las víctimas del fraude en China reclaman la devolución del BTC. Mientras tanto, la Fiscalía de la Corona ha solicitado al Tribunal Superior quedarse con las monedas bajo las leyes del crimen organizado. Hasta que no haya un fallo firme, la fortuna está congelada.
Pero la presión económica aprieta. Y la canciller Rachel Reeves ya estaría coordinando con el Ministerio del Interior un marco legal y técnico para la venta. La pregunta es: ¿a qué costo?
Una venta masiva podría sacudir el mercado global
Vender 61.000 BTC equivaldría a gran parte del volumen diario de operaciones de Bitcoin en todo el mundo. El riesgo de colapso no es menor: Alemania vendió 50.000 BTC en 2024 y provocó un desplome de dos dígitos en el precio. Los traders temen que el Reino Unido repita el error.
A esto se suma la señal simbólica: si un gobierno vende su Bitcoin, ¿es una apuesta por la moneda fiduciaria o un gesto de desconfianza hacia los criptoactivos?
¿Qué debería hacer el Reino Unido?
Las opciones están claras:
- Vender ahora y aliviar parte del déficit con riesgo de impacto en el mercado.
- Esperar una mejor regulación y precio más alto, consolidándose como líder en políticas cripto.
- Transformar los BTC en un fondo soberano digital que genere ingresos a largo plazo.
Cada decisión tiene implicancias que van más allá de Whitehall: el caso británico podría sentar precedente global sobre cómo los Estados gestionan activos digitales confiscados.


















Ya vendieron más que eso hace unos días y fue absorbido completamente por el mercado sin provocar prácticamente cambio en el precio.