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Durante varias semanas, la bolsa de valores de los Estados Unidos se enfrentó a un evidente estancamiento. La falta de catalizadores y las repetitivas historias de la Reserva Federal y las tarifas dieron paso a un mercado monótono. Sin embargo, esta semana el clima parece cambiar en Wall Street gracias a los informes trimestrales de algunas empresas clave.
Básicamente, los reportes de ganancias de Tesla y Alphabet (Google) provocaron un entorno más optimista en una semana que prometía ser intrascendente. La ausencia de datos económicos de gran impacto mantiene, de cierta manera, un ambiente pesado entre los inversores.
No obstante, algunos expertos citados en un reciente artículo de Bloomberg afirman que este tipo de contextos suelen terminar con rallies. Señalan que la máxima «never short a dull market» («nunca vendas en corto un mercado aburrido») cobra relevancia en estos momentos. Dave Lutz, de Jonestrading, comenta que la historia muestra cómo los mercados quietos tienden a subir.
Este lunes parece haberse confirmado esa visión con el nuevo máximo histórico del S&P 500. El índice de referencia alcanzó los 6.336 puntos antes de retroceder ligeramente al momento de redactar esta nota (a una hora aproximada del cierre). El índice mostraba un +0,29%, mientras el dólar y los rendimientos del Tesoro descendían, según datos de CNBC.
¿Se prepara Wall Street para un nuevo rally?
La idea de que los mercados estancados dan paso a tendencias alcistas parece validarse esta semana. Sin embargo, los patrones históricos no siempre se pueden tomar como predicciones infalibles, incluso si indican que julio suele ser un mes positivo para las acciones.
Por ahora, la incertidumbre persiste, lo que no deja de representar una amenaza de reversión para las actuales ganancias del SPX. El 30 de julio se conocerá la decisión de política monetaria de la Reserva Federal. Aunque no se esperan sorpresas, los mercados estarán atentos a las palabras de Jerome Powell.
Si el presidente del banco central responde con retórica a las amenazas de la Casa Blanca, podría aumentar la incertidumbre. Por otro lado, aunque las negociaciones sobre tarifas avanzan, siguen siendo una nube en el horizonte. Recientemente, el presidente Trump dio un ultimátum de 50 días a Rusia para negociar la paz con Ucrania.
Si Moscú y Kiev no acuerdan al menos un alto al fuego, Trump impondrá tarifas del 100% a todos los países que comercien con Rusia. Esto podría reavivar las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, considerando que Pekín difícilmente dejará de comerciar con su principal proveedor de materias primas baratas.
Como se puede notar, se trata de un entorno que promete un alto grado de inestabilidad para Wall Street.
